La Orden de Malta está “en los corazones de todos los italianos”: por su historia, su acción humanitaria y sus esfuerzos diplomáticos en favor de la paz. Son palabras del Presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, en su visita oficial esta mañana al Palacio Magistral de la Orden.

El Gran Maestre, por su parte, quiso señalar el clima de especial cordialidad de una reunión que, según afirmó, “es para nosotros mucho más que la devolución de nuestra visita al Palacio Quirinal de hace cuatro años. En la persona del Presidente Ciampi, recibimos hoy al líder de una nación que ha desempeñado un papel esencial en la historia de la Orden. Durante casi dos siglos ha acogido a la sede del gobierno, permitiendo que la Orden conserve su soberanía y, al mismo tiempo, garantizando la eficacia de su misión en servicio a la humanidad en todo el mundo. Una misión mundial, pero también italiana. Diplomática y humanitaria, pero no política. Traspasa todas las barreras posibles: de raza, de religión, de nacionalidad.”

Fue especialmente significativo el comentario del Gran Maestre sobre el Papa Wojtyla. “Personalmente, no puedo sino señalar un punto en común más entre nosotros: el respeto y la amistad cultivados durante años con Juan Pablo II, de cuyo fallecimiento se acaba de celebrar el primer aniversario. Un Pontífice que ha estado en el corazón de todo el mundo, en el corazón de los italianos, y en nuestro corazón, donde ha dejado una traza indeleble”.

La Orden mira a Italia con reconocimiento, pero también con un espíritu de cooperación, cimentado en los importantes vínculos jurídicos entre la Orden e Italia: en 2003, el acuerdo de cooperación sanitaria; en 2004, el acuerdo para la asistencia a países en vías de desarrollo y el acuerdo sobre emisiones postales; en 2005 la autorización de circulación de las matrículas especiales gratuitas reservadas a las ambulancias de la Orden; finalmente, unos días antes de esta cordial visita, la firma del acuerdo marco para la investigación científica sobre rehabilitación neuromotora, el síndrome metabólico y la diabetes. A la vista de lo cual, señaló el Gran Maestre, los ciudadanos italianos son los primeros en beneficiarse.

El Presidente Ciampi hizo hincapié en la “convivencia ejemplar”, consolidada durante casi dos siglos de “respeto mutuo” y de “colaboración recíproca”, que da pie a esperar próximos desarrollos, no menos significativos. Señalando la extraordinaria habilidad de la Orden para adaptarse a los tiempos, enriqueciendo “sus nobles tradiciones con nuevas y eficaces iniciativas”, el Jefe de Estado italiano declaró que la Orden de Malta puede hoy considerarse “un punto de referencia válido para la comunidad internacional, no sólo por sus iniciativas humanitarias, sino también en el marco más amplio del apoyo al desarrollo”. El mensaje de solidaridad y paz del cual la Orden Soberana se ha hecho portavoz desde sus comienzos es hoy, en opinión del Presidente Ciampi, más que un simple reclamo: en un mundo herido por las crisis, los conflictos y las desigualdades, este mensaje se ha convertido en “un llamamiento a toda la comunidad internacional, para que sitúe en el centro de su acción los principios éticos, fundamento de toda sociedad civil”.