Soberana y Militar Orden
Hospitalaria de San Juan de
Jerusalén de Rodas y de Malta

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Visita oficial del Gran Maestre al Presidente de la República Italiana

Visita oficial del Gran Maestre al Presidente de la República Italiana
06/11/2008

La Soberana Orden Militar de Malta “lleva a cabo un trabajo fundamental, protegiendo a los más pobres y desfavorecidos”, especialmente en un mundo globalizado donde la riqueza no está distribuida equitativamente. Éstas fueron las palabras del Presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, al recibir al Gran Maestre de la Orden de Malta, Frey Matthew Festing, esta mañana en el Palacio de Quirinal.

“Agradecemos a la Soberana Orden Militar de Malta las numerosas iniciativas desarrolladas en Italia, con generosidad y devoción, y especialmente le agradecemos la gran calidad de sus hospitales y centros sanitarios”, afirmó el Presidente de la República Italiana. “Me refiero al Hospital San Juan Bautista en Roma, con su sección de rehabilitación y cuidados intensivos, y los ambulatorios y centros contra la diabetes, que tratan a más de 45.000 personas en todo el país.”

El Gran Maestre agradeció al Presidente sus amables palabras, y replicó señalando “la fértil cooperación entre Italia y la Orden de Malta. Italia, país que, desde 1834, ha ofrecido tan generosamente su hospitalidad”. La Orden opera en la actualidad en más de 120 países, “una misión de paz y solidaridad al servicio de los desfavorecidos de toda raza y religión, ofreciendo a aquellos que sufren la misma asistencia que nuestros predecesores prestaron en el hospital de Jerusalén hace nueve siglos”. Frey Matthew Festing puso énfasis en el significado del acuerdo bilateral sobre salud de 2003, que sentó las bases de una mayor cooperación entre la Orden y el Servicio Nacional de Salud italiano. Recordó también otros acuerdos bilaterales, como el reciente protocolo de acuerdo con los guardacostas italianos en Lampedusa, donde los médicos de la Orden asisten a los inmigrantes a bordo de los buques patrulleros. “En los últimos seis meses”, concluyó, “médicos, enfermeros y ayudantes voluntarios del cuerpo italiano de ambulancias han prestado servicios médicos en alta mar a más de 2.500 inmigrantes, incluyendo numerosos niños y mujeres embarazadas.”

El Presidente Napolitano concluyó: “Además de expresar mi sincera admiración por la Soberana Orden Militar de Malta, quisiera rendir homenaje a sus miembros, voluntarios y trabajadores, que operan en algunas de las zonas más peligrosas del mundo. Muchos han sido los que han sacrificado sus vidas por amar a su prójimo y asistir al más débil. Son ejemplos a seguir, siempre.”

A continuación, el texto completo del discurso ofrecido por el Presidente de la República Italiana:

Ha sido un placer recibir hoy en el Palacio Quirinal a Su Alteza Eminentísima el Gran Maestre de la Soberana Orden Militar de Malta, confirmando así la solidez de las relaciones bilaterales que nos unen desde antiguo y nuestra ejemplar cooperación. Italia, un país que ha ofrecido su hospitalidad a la SMOM durante casi dos siglos, tiene un gran respeto por su acción internacional extensa y diversa, que abarca todos los continentes y varios organismos multilaterales.

La Orden está generosamente implicada en el sector de la asistencia sanitaria, social y humanitaria, y durante conflictos y desastres naturales lleva a cabo un trabajo fundamental, protegiendo a los más pobres y desfavorecidos. Este tipo de compromisos es, hoy en día, más necesario que nunca. El proceso de globalización crea niveles sin precedentes de bienestar, pero no garantiza su distribución equitativa a todos los países y ciudadanos. La inestabilidad política y la crisis económica global tienen efectos devastadores en los países en vías de desarrollo, y agravan la situación de los más pobres.

Contemplo con gran admiración las iniciativas de la SMOM en las zonas más problemáticas del mundo, en la República Democrática del Congo, en el Hospital de la Sagrada Familia en Belén, en la lucha contra la lepra en Camboya y otros países, en la cooperación por el desarrollo en Afganistán y en su asistencia a los distritos más pobres de Sudáfrica. Esas acciones encomiables se basan en principios que Italia hace suyos, también como miembro fundador de la Unión Europea.

Observo con especial interés el acuerdo del Cuerpo internacional de emergencias de la orden de Malta, firmado en 2003 con la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea, el mayor donante del mundo. Me parece muy significativo que las actividades de Malteser-International-es estén financiadas en parte con fondos europeos. Igualmente, no es ninguna coincidencia el que un europeísta convencido, Philippe de Schoutheete de Tervarent, representante de Bélgica ante el Consejo de la Unión Europea durante años, sea hoy observador permanente de la Orden ante la Comisión Europea.

Agradecemos a la Soberana Orden Militar de Malta las numerosas iniciativas desarrolladas en Italia, con generosidad y devoción, y especialmente le agradecemos la gran calidad de sus hospitales y centros sanitarios. Me refiero al Hospital San Juan Bautista en Roma, con su sección de rehabilitación y cuidados intensivos, y los ambulatorios y centros contra la diabetes, que tratan a más de 45.000 personas en todo el país.

El gobierno italiano lleva años siguiendo con mucho interés el trabajo de la Orden, y coopera con ella en nuestro país y fuera de él, como atestiguan las operaciones conjuntas en Líbano, el acuerdo con el Servicio de Salud nacional y los centros médicos y hospitalarios de la Orden en 2000, el acuerdo sobre asistencia sanitaria y humanitaria a países en desarrollo en 2004, y el reciente protocolo de acuerdo con el Departamento de Defensa Civil para la ayuda a inmigrantes ilegales que lleguen a las costas. Desde 1999, la legislación italiana ha incorporado al Cuerpo Militar de la Orden como cuerpo auxiliar del ejército de Italia.

Para concluir, y además de expresar mi sincera admiración por la Soberana Orden Militar de Malta, quisiera rendir homenaje a sus miembros, voluntarios y trabajadores, que operan en algunas de las zonas más peligrosas del mundo. Muchos han sido los que han sacrificado sus vidas por amar a su prójimo y asistir al más débil.

Son ejemplos a seguir, siempre.