La guerra civil en Sudán del Sur pasa factura en el país vecino, Uganda, donde el número de refugiados de Sudán del Sur ha llegado ya al millón. Muchos de estos refugiados cruzan la frontera no solo por la proximidad de Uganda, sino como resultado de la acogida favorable que este país reserva a los refugiados. «Uganda ofrece un modelo de ayuda eficaz y admirable», afirma Alexander Tacke-Köster, coordinador de Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta, en Uganda.
Basado en un enfoque de asistencia a través de la autoayuda, los refugiados reciben a su llegada un terreno y material para construir sus propios refugios, así como semillas y azadas para cultivar su propio alimento. Este enfoque tiene por objetivo garantizar la autosuficiencia de los refugiados a largo plazo. «Sin embargo, Uganda está llegando al límite de su capacidad. Un millón de personas necesitan espacio y apoyo», explica Tacke-Köster. «Hemos mejorado el abastecimiento de agua potable para 30.000 refugiados. No obstante, aunque el número de llegadas disminuye, no parece vislumbrarse el final de la entrada de refugiados».
El Ministerio Federal de Asuntos Exteriores de Alemania apoya los proyectos de Malteser-International-es en Uganda, y ha liberado un millón de euros suplementario para ampliar los proyectos de ayuda en curso dirigidos a los refugiados de Sudán del Sur en este país de África oriental.