Un año después del devastador seísmo en la región fronteriza entre Siria y Turquía, más de tres millones de personas siguen desplazadas, viviendo en refugios improvisados o en tiendas de campaña. En el noroeste de Siria, la ausencia de estructuras estatales que coordinen los esfuerzos de reconstrucción ha dejado un vacío que obstaculiza el proceso de vuelta a la normalidad. La situación se ve agravada por la menguante financiación internacional que ha reducido la ayuda de la ONU, exacerbando la escasez de alimentos y acentuando la crisis humanitaria.
Lena Schellhammer, responsable de programa para Siria y Turquía de Malteser International, la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta, que ha visitado recientemente las zonas afectadas por el terremoto, describe la situación. «En la ciudad siria de Afrin, es casi como si el terremoto hubiera ocurrido ayer. Lo que he visto me ha impactado: calles llenas de casas inhabitables, junto a tiendas de campaña y casas prefabricadas donde viven los que han perdido sus hogares. La gente buscó refugio en esta región creyendo que podría escapar de la guerra, pero el terremoto les despojó de lo poco que les quedaba».
Las organizaciones asociadas a Malteser International, incluida la clínica de maternidad Al-Dana dirigida por la organización local SAMS, están siendo testigos de un aumento de padres que buscan ayuda para sus hijos desnutridos. «Nos preocupa mucho, subraya Schellhammer, y ahora estamos ampliando nuestra asistencia para incluir iniciativas que ayuden a las comunidades a cultivar frutas y verduras, para que puedan ser autosuficientes y generar ingresos».
Malteser International lleva apoyando activamente a la población del noroeste de Siria desde poco después del estallido de la guerra en 2011, especialmente en el ámbito de la atención médica. Tras el terremoto del 6 de febrero de 2023, la organización amplió significativamente su acción humanitaria. En colaboración con organizaciones locales, Malteser International presta apoyo a ocho hospitales, centros de salud y equipos médicos móviles. Además, garantiza el acceso a agua potable y proporciona apoyo psicosocial a los afectados por el terremoto.
En la región turca afectada, Malteser International ha distribuido mantas, tiendas de campaña y camas a través de sus socios locales. Hasta la fecha, las personas heridas en el terremoto siguen recibiendo atención fisioterapéutica. Además, a partir de febrero, los pequeños empresarios afectados por el seísmo recibirán apoyo en su camino de vuelta al autoempleo.