Se ha presentado ante la prensa y ante cargos institucionales la imagen restaurada de la única obra arquitectónica de Giovanni Battista Piranesi
Dos siglos y medio después de la construcción de la Iglesia de Santa María del Aventino, se han presentado las labores de restauración llevadas a cabo en la obra del genio veneciano Giovanni Battista Piranesi. La intervención, que se ha realizado sobre la totalidad del edificio, en interiores y exteriores, se inició en 2015 con el altar y ha concluido hace pocos días. Novecientos metros cuadrados de andamios en doce metros de altura han permitido devolver su belleza original a la única obra arquitectónica del famoso grabador veneciano. Así, una de las iglesias más antiguas de Roma vuelve a resplandecer sobre el Aventino, en el complejo de la Villa Magistral, sede de gobierno de la Soberana Orden de Malta.
Ante una nutrida representación de la prensa, el conservador de las colecciones artísticas de la Orden Malta, Frey John Critien, ha expuesto las principales características de la iglesia cuya renovación fue encargada en 1764 por el cardenal Giovanni Battista Rezzonico _Gran Prior de la Orden y nieto del Papa Clemente XIII_ a Giovanni Battista Piranesi, junto con la Villa y la plaza. La obra, terminada en octubre de 1766, permitió consolidar la estructura de la iglesia del siglo XVI y elevar los muros laterales. Piranesi restauró también la cúpula y proyectó la nueva decoración.
Desde entonces se han realizado escasas restauraciones, salvo las operaciones rutinarias de mantenimiento, lo que da un significado particular a la reciente intervención, financiada generosamente por la Fondazione Roma y el Gran Priorato de Roma.
«La meticulosa labor de los restauradores, realizada con extrema delicadeza especialmente allí donde las molduras originales habían sido cubiertas con pinturas inadecuadas, se ha efectuado centímetro a centímetro, utilizando únicamente bisturíes», ha explicado en la conferencia de prensa el arquitecto Giorgio Ferreri, director técnico de la obra, subrayando la riqueza y la precisión de los detalles de la iglesia, prueba del gran talento como grabador del artista veneciano. «Nuestro enfoque metodológico ha sido trabajar las superficies pictóricas como si de un cuadro se tratase», ha afirmado Ferreri.
La ceremonia de inauguración de la Iglesia se ha enriquecido con las notas de partitas y sonatas para violín de J. S. Bach y la lectura de pasajes de un manuscrito anónimo del periodo posterior a la intervención de Piranesi, hacia finales del siglo XVIII, que cuenta algunas anécdotas de su restauración. Aproximadamente 150 invitados han podido admirar el esplendor y la majestuosidad del edificio, plagado de símbolos que narran las hazañas de la Orden de Malta, a la que Piranesi estaba profundamente ligado, como ha querido recordar el Gran Maestre Frey Giacomo Dalla Torre en su clausura: «La Iglesia simboliza elocuentemente el patrocinio del cardenal Rezzonico y el de la Orden de Malta. Son prueba de ello los numerosos símbolos de la cúpula, de las hornacinas, la fachada y también la plaza de los Caballeros de Malta, que narran las hazañas militares y navales de nuestra histórica institución, y su personalidad como orden religiosa de la Iglesia Católica», ha explicado el Gran Maestre.
«Corresponde al gobierno de la Orden tener la capacidad de conservar y valorizar el patrimonio artístico y cultural del cual somos, temporalmente, beneficiarios», ha concluido Frey Giacomo Dalla Torre.
