También trabaja en Vietnam, después del tifón Ketsana
Malteser-International-es cuenta ya con un programa de ayuda de emergencia para los supervivientes del terremoto, de una magnitud de 7,9, que asoló la costa oeste de Sumatra hace dos días. Naciones Unidas calcula que al menos 1.100 personas han perdido la vida, aunque las estimaciones oficiales hablan de 777. Decenas de miles de personas han quedado heridas y sin hogar.
Un experto de Malteser-International-es llegará pronto a Padang, donde una cuarta parte de los edificios se han derrumbado y la mayoría resultaron dañados. Se encargará de evaluar las necesidades más inmediatas y preparar la ayuda humanitaria. Los supervivientes necesitan refugio, alimentos, agua potable y ayuda médica.
Simultáneamente, un equipo médico de un socio local de Malteser-International-es, compuesto por un médico, una enfermera, un fisioterapeuta y un experto en logística, ha salido para Padang con mantas, lonas impermeables, kits de higiene y medicamentos para distribuir sobre el terreno.
Malteser-International-es trabaja en Indonesia desde el tsunami de 2004, y también proporcionó ayuda de emergencia tras el grave terremoto en Java en mayo de 2006.
Ayuda para Vietnam
Malteser-International-es despliega un programa de ayuda en el centro de Vietnam después del paso del tifón Ketsana, que ha provocado graves inundaciones. Las primeras estimaciones hablan de 1.001 muertos y 170.000 personas sin hogar.
El equipo local de Malteser-International-es, establecido desde 1996, se prepara para distribuir arroz, aceite, mantas, redes antimosquito, kits de higiene y láminas de acero corrugado para hacer frente a las primeras necesidades. Familias enteras han perdido sus casas, sus pertenencias y sus cosechas; sus vacas, cerdos y aves también perecieron en las inundaciones. Las instalaciones de suministro de agua, las carreteras y las comunicaciones también han resultado dañadas.
El tifón Ketsana golpeó primero a Filipinas (277 muertes), después Camboya (11 muertes), Laos y Vietnam, devastando áreas enteras del Sureste asiático. Por el momento se cuentan 400 fallecidos, pero se teme que esta cifra aumente.