La Orden de Malta insta a la comunidad internacional a no olvidar el sufrimiento de los niños en Siria, cuando se cumplen 10 años de guerra civil.
Más de dos millones de niños en Idlib, en el noreste sirio, no han conocido más que una vida de miedo y huida. Las continuas hostilidades en la región han afectado a su salud: uno de cada tres niños sufre desnutrición severa. En palabras del doctor Salah Safadi, asesor médico de Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden, en Siria: «La desnutrición provoca daños graves y a menudo irreversibles en el desarrollo físico, motor y cognitivo de los niños, como por ejemplo dificultades para caminar, problemas de crecimiento y retraso de aprendizaje. Algunos casos han sido letales. Entre el 20 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas o lactantes en Idlib también sufren desnutrición. Están desesperadas y no tienen casi nada que ofrecer a sus hijos. Muchas de ellas ni siquiera pueden dar el pecho».
Hablando de este sombrío aniversario, Clemens Mirbach-Harff, secretario general de Malteser-International-es, afirma: «Una generación entera de niños sirios no ha conocido más que conflicto y sufrimiento. En ellos debemos concentrar nuestros esfuerzos. Son el futuro del país y no deben ser olvidados».
Desde el principio de la guerra civil, Malteser-International-es ha trabajado con socios locales en Siria para prestar asistencia humanitaria esencial, mejorar los sistemas de agua y saneamiento y ofrecer atención médica de urgencia a niños, mujeres y familias desplazadas. «Los trabajadores humanitarios en Idlib se paseaban por las calles y alrededor de los pueblos, buscando a personas necesitadas de ayuda», cuenta Safadi. «Así conseguíamos atender a los niños que no llegaban a nuestros puestos médicos».
Después de diez años, el conflicto en Siria ha tenido también graves consecuencias psicológicas para los niños del país. «Viven con el miedo constante de ser el blanco del siguiente ataque; muchos sufren estrés postraumático. Este conflicto tendrá impactos a largo plazo en la salud mental de esta generación», afirma el doctor Safadi.