Seis meses después del devastador terremoto que asoló Chile, los esfuerzos humanitarios de ayuda y reconstrucción de la Orden de Malta continúan. Con el apoyo de Malteser-International-es, la Asociación chilena de la Orden y su cuerpo de ayuda Auxilio Maltés llevan a cabo tareas de reconstrucción de la infraestructura social y proyectos de generación de recursos.
En Chépica, Auxilio Maltés reconstruye edificios y talleres para pequeños negocios, así como un centro comunitario que presta servicio a enfermos respiratorios crónicos. El psicólogo de Auxilio Maltés, que ya trabajó con niños traumatizados inmediatamente después del terremoto, trabaja ahora también para la comunidad de Chépica: el 70% de los niños no querían volver a la escuela después del terremoto, ya que temían que se reprodujera.
En Tubul, Auxilio Maltés presta asistencia a los pescadores que perdieron sus barcos y sus aparejos en el tsunami que siguió al seísmo del 27 de febrero. Tubul, con 3.000 habitantes, fue la localidad que más sufrió. Después de haber recibido alimentos, agua potable, ropa y tiendas durante la primera etapa de la emergencia, más de 70 familias de la cooperativa local de pescadores recibirán equipos de submarinismo para poder recoger crustáceos.
En Lonchoche se está reconstruyendo una residencia de ancianos, que en octubre acogerá de nuevo a 30 personas desplazadas por el terremoto.