Ésta es una historia de compromiso y solidaridad, que cruzan fronteras y continentes para salvar una vida humana.
Njuki, un bebé keniata de nueve meses, con una grave malformación cardiaca, viajó hasta el Principado de Mónaco para una operación arriesgada. Nacido en enero de 2011, con ocho meses sólo pesaba 4 kilos, lo cual hacía imposible operarle en Kenya, dada la falta de equipos especializados.
La operación fue posible gracias al compromiso y la determinación de varias instituciones. Las embajadas de la Orden de Malta en Kenya y Mónaco se encargaron de la coordinación logística; en el Centro de Cirugía Cardiaca de Mónaco el Profesor Pretre, cirujano de renombre mundial, y el Doctor Bourlon realizaron la operación; la Asociación monegasca de la Orden de Malta atendió amorosamente al pequeño Njuki y a su madre, durante toda su estancia en Mónaco.
Después de tres semanas de convalecencia, Njuki regresó a su hogar. Una pequeña historia con final feliz.