Siempre dispuesta ayudar a las personas más necesitadas de Bulgaria, la Orden de Malta se activa especialmente durante los meses más fríos.
A partir de noviembre, los voluntarios de la Orden distribuyen cada jueves comidas calientes a las personas sin hogar en uno de los mercados más grandes de la capital, Sofía. El proyecto, concebido y apoyado por la embajada de la Orden de Malta en Bulgaria, se lleva a cabo en colaboración con Cáritas Sofía, que lleva años trabajando con las personas sin hogar en la capital búlgara. Las comidas son donaciones de un restaurante italiano que apoya a la Orden.
«En las dos últimas semanas las temperaturas máximas no han llegado siquiera a los 0 grados; el miércoles pasado el termómetro marcaba 17 grados bajo cero», explica la voluntaria Gergana Bogdanova, «y para los sin techo es una cuestión de supervivencia. Les damos pasta con salsa, un plato que calienta y alimenta al mismo tiempo».
«Este invierno es particularmente difícil en Bulgaria», afirma la embajadora de la Orden de Malta en Bulgaria, Ursula Hofter Zuccoli. «La situación es crítica: en Sofía la ola de la variante ómicron es particularmente violenta, con un alto número de infectados; además, la tasa de mortalidad es la segunda más alta del mundo. Estamos también frente a un rápido aumento de la inflación y una subida vertiginosa de los precios de la calefacción».
En su opinión, las repercusiones sobre la población «seguirán agravándose, y la embajada de la Orden está tratando de ayudar en la medida de lo posible, a pesar de que las demandas superan nuestras posibilidades». «Entregamos alimentos a más de 500 familias en 10 localidades de Bulgaria, especialmente en las regiones del norte. Desde allí nos llegan llamamientos de los alcaldes para ayudar a las familias, algunas de las cuales viven con 60 euros al mes, sin trabajo, en la región más pobre de la Unión Europea».
Pero la solidaridad no falta. El embajador Hofter-Zuccoli se muestra emocionado y sorprendido por la oleada de ofertas recibidas de «varios empresarios locales, cada uno según sus posibilidades, que quieren aportar su ayuda a las actividades de la Orden». Gracias a esta solidaridad, continúa el proyecto de donación de alimentos Basic Goods-Winter Distribution (productos básicos, reparto de invierno), que también ha recibido el apoyo del Global Fund for Forgotten People de la Orden de Malta.
Ventsislav Yordanov, de 60 años, recibe cada quince días una caja de alimentos, entregada por los voluntarios de la Orden de Malta. «Mi mujer tiene una discapacidad total y tengo que atenderla constantemente, así que no puedo trabajar. Nuestros ingresos provienen de pensiones sociales, que ascienden a 150 euros en total, pero todo ha aumentado un 20% en los últimos meses; sin la ayuda de la Orden de Malta no podría pagar las facturas de la calefacción ni comprar los medicamentos necesarios para mi mujer, que el sistema de salud no cubre. Nos han devuelto la dignidad perdida, porque alguien se preocupa por nosotros».
Con apenas 8 millones de habitantes, Bulgaria es uno de los países europeos más pobres: tiene el menor PIB per cápita de la UE, un salario medio mensual inferior a 400 euros y pensiones de unos 150 euros.