En estas Navidades nos reunimos en las iglesias de todo el mundo para reflexionar sobre los valores cristianos que nos transmitió nuestro Salvador y para agradecerle las bendiciones que de él hemos recibido durante este año.
Este año que acaba ha sido testigo de tres terribles desastres naturales: el tsunami en el sudeste asiático, el huracán que asoló Louisiana y el terremoto que sembró la muerte y la destrucción en Pakistán. Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden, reaccionó en todos los casos con celeridad, enviando rápidamente equipos médicos y de expertos con fármacos y el equipo necesario. Por otra parte, nuestros voluntarios y amigos se mostraron extremadamente generosos, donando fondos para ayudar a las víctimas. Mi más sincero agradecimiento a todos ellos.
Las actividades de la Orden en el mundo prosiguen su desarrollo, y este otoño se celebró la VI Conferencia sobre América, centrada en la revisión de nuestros programas de ayuda humanitaria en el continente y en la planificación de estrategias para el futuro. Los participantes de 35 países debatieron sobre el papel de las misiones diplomáticas de la Orden, que facilitan el acceso a muchas regiones en crisis y sus autoridades oficiales, lo cual es requisito indispensable para prestar una ayuda global y eficaz en el siglo XXI, y analizaron las actividades caritativas y espirituales de la Orden en el continente, para proseguir con nuestro enfoque coordinado de ayuda a los pobres y a los necesitados en la región.
Es una satisfacción saber que la situación de nuestro centro materno, el Hospital de la Sagrada Familia en Belén, está mejorando, y que el número de mujeres que utilizan sus instalaciones ha aumentado, hasta casi alcanzar el nivel de principios de este siglo. El nuestro hospital de rehabilitación neurológica San Juan Baptista de Magliana, más cerca de nosotros en Roma, está siendo modernizado intentando afectar lo menos posible a los pacientes.
Como miembros de la Orden, felicitamos a su Santidad el Papa Benedicto XVI por su elección, y le agradecemos sus amables palabras tras la Misa de Inauguración, cuando me dijo: “Que Dios bendiga a la Orden de Malta”f. Al dar comienzo su papado, el Papa Benedicto recordó el ejemplo inspirador y valiente de su predecesor Juan Pablo II, su aceptación del sufrimiento y el dolor personal durante la consecución de su misión. Los millones de personas que asistieron al funeral de Juan Pablo son la prueba de hasta qué punto sus enseñanzas y su lucha hicieron mella.
Aprovecho esta oportunidad para agradecer sus acciones a todos aquellos que han aportado generosamente sus plegarias, su tiempo y su ayuda; deseo a todos nuestros miembros, voluntarios y amigos una muy feliz Navidad, y un Año Nuevo 2006 lleno de bendiciones.
Frey Andrew Bertie
