Los 16 médicos y enfermeros sirios que trabajan en la clínica itinerante de Kilis, cerca de la frontera entre Siria y Turquía, han sido testigos de horrores en la guerra civil de su país. Desde la apertura de la clínica, han puesto sus habilidades al servicio de sus conciudadanos sirios que huyen del país.

La clínica, dirigida por Malteser-International-es, la organización de ayuda humanitaria internacional de la Orden de Malta, y la Media Luna Azul Internacional, es la primera de varias medidas previstas para garantizar el acceso a la atención sanitaria de los refugiados en Turquía. La población de Kilis se ha multiplicado por dos con la llegada de refugiados en los últimos dos años, y los servicios sanitarios están bajo mucha presión.

“Los refugiados sirios que no pueden permanecer largo tiempo en el hospital, por la llegada de pacientes turcos, son transferidos a la clínica y siguen recibiendo el tratamiento que necesitan”, explica el doctor Boris Budosan, asesor en salud mental de Malteser-International-es. “La clínica ofrece terapia de rehabilitación a los heridos de guerra y a los enfermos crónicos de diabetes, así como cuidados post-natales y revisiones” afirma Boris Budosan. “En el hospital tenemos también a dos psicólogos y un trabajador social. Ofrecemos atención psicológica de urgencia y apoyo psicosocial básico, para darles herramientas básicas y ayudarles a resistir.

Las autoridades turcas han alabado el proyecto y el apoyo de Malteser-International-es. “Nuestro deber como seres humanos es ayudar a los sirios en estos tiempos de conflicto”, afirmó Mehmet Abdi Bulut, alcalde de Kilis, durante la inauguración de la clínica en septiembre. “Esperamos que la guerra termine pronto en Siria y que los sirios puedan vivir pacíficamente en su país. Seguiremos ayudando a los refugiados, son bienvenidos aquí”.

Malteser-International-es está presente en Siria, Líbano y Turquía desde julio de 2012

Foto: Michael Swan, The Catholic Register