Mahmoud es un bebé muy pequeño que nació prematuro en el Hospital de la Sagrada Familia de Belén el pasado mes de agosto. Su madre, Saja, ya había tenido tres hijos varones que nacieron en la maternidad de la Orden de Malta.

El embarazo había transcurrido sin problemas y hasta el sexto mes no había manifestado ninguna molestia. Pero el 26 de agosto se despertó con dolores. Su marido decidió conducir hasta el hospital de su ciudad natal, al sureste de Belén, para que la revisaran. Tras el examen, los médicos decidieron que no había tiempo que perder: el bebé había nacido con sólo 25 semanas y pesaba menos de un kilo. Mahmoud necesitó ventilación y cuidados intensivos, y hoy, 4 meses después, sigue en la UCIN (unidad de cuidados intensivos neonatales) del hospital. Mahmoud aún no está oficialmente fuera de peligro, pero su esperanza de vida aumenta día a día.

«Fue una experiencia aterradora, sobre todo porque no sabíamos qué iba a pasar ni cuál sería el resultado, pero el personal del Hospital de la Sagrada Familia ofrece a mi bebé los mejores cuidados médicos que pueden dar», afirma Saja.

Desde 1990, el Hospital de la Sagrada Familia ha visto nacer a más de 90.000 bebés y ha atendido a muchos miles más nacidos prematuramente o con patologías congénitas. El Hospital es el único centro de la región que cuenta con una unidad de cuidados intensivos neonatales y ofrece consultas periódicas pre y posnatales a las mujeres de los pueblos cercanos.