En su histórica visita del Papa Francisco a la isla de Lampedusa, frontera entre Europa y África, símbolo de la inmigración, el Pontífice ha sido recibido por voluntarios del cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta (CISOM).

“Es para nosotros una satisfacción que el Papa Francisco haya escogido justamente Lampedusa para su primer viaje apostólico. Los voluntarios de la Orden de Malta le recibimos en esta isla donde el dolor y la esperanza se unen”, ha declarado el director nacional del cuerpo de la Orden de Malta, Mauro Casinghini.

Los voluntarios médicos, enfermeros y socorristas especializados del cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta trabajan desde 2008 en los periodos de mayor afluencia de inmigrantes a bordo de las embarcaciones de los guardacostas y de la Guardia de Finanzas italiana. Los voluntarios prestan su asistencia ya en el momento de la recuperación en alta mar, para auxiliar a los inmigrantes que llegan al límite de la supervivencia. La Orden de Malta desarrolla así un papel vital en las intervenciones de emergencia por la llegada continua de inmigrantes del norte de África que, pasando por el canal de Sicilia, intentan llegar a Europa en busca de un futuro mejor.

Esta difícil operación ha conseguido salvar de la muerte a numerosos hombres y mujeres, muchos de ellos extremadamente jóvenes, que en medio del mar ceden al cansancio y los peligros de la travesía. Desde 1988 se cuentan 19.000 víctimas en alta mar, y más de 200.000 inmigrantes llegados a la isla que visita hoy el Papa Francisco, mandando una fuerte señal de atención y esperanza para el drama vivido por estas personas.