La 28ª Conferencia Hospitalaria ha comenzado hoy en Sacrofano, a pocos kilómetros de Roma. Asisten unos 100 participantes, entre ellos los Hospitalarios de asociaciones nacionales y representantes de los numerosos cuerpos de ayuda y de voluntarios de la Orden de Malta, procedentes de lugares tan lejanos como Australia y Estados Unidos. Esta conferencia es la primera que se celebra desde el inicio de la pandemia de covid-19 hace dos años, como ha recordado el Gran Hospitalario Dominique de La Rochefoucauld-Montbel en su discurso de apertura.
La guerra en Ucrania y la crisis humanitaria han sido el centro de la primera jornada de la conferencia, en la que se ha efectuado un repaso de las principales iniciativas de los Grandes Prioratos de la Orden, las asociaciones, los cuerpos de ayuda y de Malteser International, la organización internacional de ayuda de la Orden de Malta. El personal de la Orden de Malta en Ucrania también ha participado en la conferencia, y ha presentado un informe conmovedor de la dramática situación que se vive en el país.
Se ha celebrado una reunión especial entre Malteser International y las asociaciones y cuerpos de ayuda de la Orden de Malta que trabajan para atender a la población ucraniana. Entre otros temas, en esta reunión se han estudiado la logística, el transporte, la coordinación, la gestión del estrés, el intercambio de información y los planes a largo plazo.
En su intervención, el Gran Hospitalario se ha referido a las múltiples crisis a las que nos enfrentamos y a cómo la Orden de Malta ha conseguido afrontarlas adaptándose y actuando con rapidez. «Todos sabemos que la fuerza de la Orden consiste en reconocer las nuevas necesidades y adaptar nuestros servicios a las personas necesitadas, manteniendo siempre la solidez de nuestra identidad y nuestros principios» ha afirmado el Gran Hospitalario, destacando la rapidez con la que los programas médicos, pero también la red diplomática de la Orden de Malta, se han desplegado y adaptado para hacer frente a las complejidades de este momento concreto. A la interpretación de esta complejidad contribuyeron las reflexiones de algunos ponentes externos a la conferencia, centradas en el multilateralismo diplomático de Michel Veuthey), en las nuevas formas de exclusión de Sergio Rodríguez Lópes-Ros y en un enfoque ético de la inteligencia artificial de Mons. Tomasz Trafny.
En su discurso, el Gran Canciller de la Orden de Malta, Albrecht Boeselager, ha hecho hincapié en el creciente papel que están teniendo las instituciones religiosas en el ámbito diplomático. «En los últimos años se reconoce cada vez más el papel que pueden desempeñar los líderes religiosos en zonas de conflicto y crisis», ha declarado Boeselager, ilustrando los principales focos de atención de la red diplomática de la Orden, que son las crisis migratorias y de refugiados, la trata de personas y el papel de la religión en la diplomacia y en el sector humanitario.
La pandemia y sus consecuencias en el tejido social han sido objeto de un amplio debate por parte de los Hospitalarios, durante el cual cada uno de ellos ha destacado los proyectos y los retos a los que se enfrentan las asociaciones nacionales, haciendo hincapié en la capacidad de la Orden para trabajar en red a nivel mundial y compartir información, como demuestra el proyecto Doctor to Doctor, lanzado en marzo de 2020 con el objetivo de promover el conocimiento y la comprensión de la pandemia.
Como ha señalado el prelado de la Orden de Malta, monseñor Jean Laffitte: «En la Orden de Malta, todos los actos que realizamos están orientados al respeto absoluto de la vida de los enfermos y los pobres y de su dignidad personal. Cualquier ataque a la integridad física es una ofensa personal». Las palabras de monseñor Laffitte han sido secundadas por uno de los médicos de la Orden de Malta en Alemania, que estuvo en primera línea durante la pandemia trabajando estrechamente con los pacientes hospitalizados.
La conferencia continuará hasta el domingo por la mañana con talleres centrados en temas de actualidad como la participación de los jóvenes voluntarios, la dimensión espiritual de las obras, el compromiso de los voluntarios y la recaudación de fondos.