La semana pasada se celebró en París la 25ª reunión anual de los directores de proyectos benéficos de la Orden de Malta, que durante dos días de intenso trabajo analizaron sus programas de ayuda de 2016 en los cinco continentes y planificaron el próximo año.
El presidente de la Asociación francesa de la Orden, Thierry Beaumont-Beynac, y el Hospitalario francés, Yann Baggio, acogieron el encuentro, que congregó a 75 participantes. La reunión estuvo presidida por el Gran Hospitalario de la Orden, Dominique de La Rochefoucauld-Montbel, que invitó a los Hospitalarios, de 32 organizaciones de la Orden y otras tantas nacionalidades, a compartir sus experiencias y conocimientos entre ellos, para beneficio mútuo. El Gran Canciller de la Orden, Albrecht Boeselager, y el Prelado de la Orden, monseñor Jean Laffitte, también asistieron al encuentro.
Entre otras cuestiones, se analizó el apoyo de la Orden de Malta a los refugiados y migrantes, desde sus países de origen, en su ruta hacia una nueva vida, y a su llegada a los países de acogida. En Líbano, las personas llegadas de Siria representan ya casi un tercio de la población. La Asociación libanesa y la organización de ayuda internacional de la Orden ofrecen el mayor apoyo posible (refugio y asistencia médica y psicosocial) en un país que ya tiene, de por sí, graves problemas de recursos.
Las organizaciones de la Orden en Europa cuentan con una iniciativa clave, los programas de integración para refugiados, que están en marcha sobre todo en Austria, Francia y Alemania. Estos programas ofrecen a los refugiados atención médica básica, clases de idiomas, apoyo extraescolar para los niños y ayuda para obtener los documentos necesarios que les permitan permanecer en los países de acogida. La mayor minoría en Europa es la comunidad rom, llamada también el pueblo gitano. La Orden de Malta ha nombrado un embajador plenipotenciario que trabaja con las organizaciones locales de la Orden en varios países, para ayudar a la integración de esta población en las comunidades locales. En este sentido, están en marcha programas específicos en Hungría, Rumanía, Albania y Eslovaquia.
Los sin techo siguen siendo una gran preocupación en toda la región, y muchas organizaciones de la Orden han informado del aumento del número de personas sin hogar que acuden a sus albergues de día y sus comedores sociales. Es el caso, por ejemplo, en Bélgica, Reino Unido, España, Francia, Suiza y Rusia.
Del otro lado del mundo, los miembros de la Orden en Estados Unidos se centran en los programas de ayuda en los centros penitenciarios, prestando apoyo a los presos y sus familias y ayudándoles, a su salida en libertad, a retomar su vida en sociedad con un apoyo social y psicológico, servicio que no ofrece el Estado. El programa está en funcionamiento en 36 Estados.