Con la reapertura de las carreteras bloqueadas en el sur del país, la Asociación libanesa de la Orden de Malta ha podido entregar un lote de medicamentos en el valle de Bekaa, una zona objetivo de numerosos ataques durante la guerra. Es urgente el aprovisionamiento en bienes de primera necesidad: en el centro sanitario de Barka, los médicos tuvieron que racionar los fármacos durante los últimos días del conflicto. Las seis toneladas de medicamentos, enviadas por la Asociación francesa de la Orden, Malta Líbano y Orden de Malta Francia, están en proceso de distribución. Mientras tanto, como viene siendo habitual en los últimos años, la Asociación alemana continúa prestando su apoyo financiero al centro de Barka. El centro médico de la Orden en Siddikine, una localidad próxima a Cana severamente dañada, ha podido reabrir sus puertas. La Asociación libanesa, en colaboración con la Fundación chií Imam Sadr, es la encargada de la gestión del centro médico de esta localidad habitada por musulmanes y cristianos. El centro emplea a médicos y personal sanitario de los cuatro principales grupos religiosos.
Llega a Líbano un equipo de la Orden de Malta
Un equipo de especialistas de varias asociaciones nacionales coordinado por Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden, visitó la semana pasada las ciudades y pueblos destruidos. En el sur del Líbano visitaron seis centros de atención sanitaria de la Asociación libanesa. Su Presidente, Marwan Senaoui, describe la situación como una increíble escena de destrucción. Ingo Radtke, Secretario General de Malteser-International-es, añade: Los enfermos crónicos necesitan urgentemente sus tratamientos médicos habituales, y la población está traumatizada: los niños sufren ataques de pánico cuando oyen el ruido de un avión.
El equipo de especialistas visitó el centro de atención sanitaria de Yarun, en la frontera con Israel. Debido a los intensos bombardeos sufridos durante la guerra, ha quedado completamente destruido. Tendremos que demoler la parte trasera del edificio, por el peligro de derrumbes”, explica Ingo Radtke. Y la reconstrucción de la parte delantera requerirá al menos cuatro meses y una gran inversión.
Durante este último y traumático mes, el responsable del centro médico de Yarun, el doctor Raed el-Alam, con la única ayuda de otro médico, siguió dispensando atención sanitaria a la población atrapada en el pueblo. La situación era dramática, explica. Durante diez días no tuvimos agua potable, ni pan, ni leche para los niños, y los fármacos escaseaban.
Los trabajos de reconstrucción han comenzado ya en el sur, donde la Asociación libanesa está organizando una clínica móvil para ofrecer asistencia a los pueblos dañados que, en estos momentos, carecen por completo de ella.