La asistencia humanitaria, a la luz de la situación internacional actual. Ayer se han reunido en Ginebra, en Naciones Unidas, representantes de cuatro religiones (cristianismo, islam, judaísmo y vedanta), investigadores y representantes diplomáticos, dirigentes de organizaciones humanitarias laicas y confesionales para participar en el simposio “Las religiones, unidas para la acción humanitaria”, organizado por la Soberana Orden de Malta. Ha correspondido al director general de la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, Michael Moller, presentar los trabajos.
La violencia de los conflictos en curso en diversas zonas del mundo ha llegado a cotas sin precedentes, con un número creciente de víctimas en su gran mayoría civiles. Al mismo tiempo, asistimos a un progresivo deterioro de la aplicación del derecho humanitario internacional. En este contexto, a menudo se considera que la religión es la causa de los conflictos. Sin embargo, la realidad es bastante más compleja, como ha explicado en su discurso de apertura el Gran Canciller de la Soberana Orden de Malta Albrecht Boeselager: “Estoy firmemente convencido de que las motivaciones religiosas pueden inducir a la violencia cuando se separan del contexto moral y cuando están envenenadas por la corrupción y el ansia de poder. Los conflictos pueden contener elementos religiosos, pero están siempre condicionados por factores culturales, étnicos, territoriales y a menudo por presiones externas”.
Buscar una base de valores comunes, crear un código de conducta aplicable a todas las instituciones y organizaciones de ayuda humanitaria, llegar a las comunidades locales invirtiendo en las infraestructuras y las redes ya existentes en los territorios golpeados por conflictos. Promover también los valores de las organizaciones humanitarias, para combatir los prejuicios de las poblaciones y de los gobiernos. Éstas son algunas de las propuestas surgidas del debate, organizado en torno a dos mesas redondas con cinco participantes cada una. Entre los participantes se encontraba Jamilah Mahmoud, responsable de la secretaría del World Humanitarian Summit, iniciativa lanzada por el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon, que se celebrará en Estambul en mayo de 2016 para intentar actualizar los instrumentos de la ayuda humanitaria, y telón de fondo del simposio de la Orden de Malta.
En su discurso de clausura, el Gran Hospitalario de la Soberana Orden de Malta Dominique de La Rochefoucauld-Montbel ha recordado el deber de reafirmar con fuerza los “principios humanitarios acordados por la comunidad internacional después de la segunda guerra mundial, en pleno respeto de las tradiciones y culturas locales”. El Gran Hospitalario ha animado al diálogo y la colaboración entre las distintas confesiones. Un tema que ha sido común a todos los debates, enriquecidos además por el valioso testimonio de la Asociación libanesa de la Orden de Malta, que en el país de los cedros gestiona programas de asistencia humanitaria desde hace más de dos décadas en colaboración con las comunidades chií, suní y drusa.
El simposio, organizado gracias a la misión de la Soberana Orden de Malta ante Naciones Unidas en Ginebra, elaborará un documento con las directrices y recomendaciones de los debates del World Humanitarian Summit de Estambul, el año que viene.
Antes del inicio del simposio, Michael Moller, director general de la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra, ha recibido en su despacho, para intercambiar opiniones, al Gran Canciller Albrecht Boeselager, el Gran Hospitalario Dominique de La Rochefoucauld-Montbel y el embajador de la Orden de Malta ante Naciones Unidas Marie-Thérèse Pictet-Althann.
Discurso de apertura de Albrecht Boeselager (en inglés)
Discurso de clausura de Dominique de La Rochefoucauld-Montbel (en inglés)
