Durante su visita a la frontera eslovaco-ucraniana, la primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden, acompañada por el primer ministro de la República Eslovaca, Eduard Heger, y el ministro de Interior, Roman Mikulec, se ha reunido con un equipo de voluntarios de la Orden de Malta que actualmente asiste a decenas de miles de refugiados ucranianos.
Jill Biden ha tenido palabras de apoyo y aliento para los voluntarios de la Orden de Malta en Eslovaquia, que atienden a los refugiados desde el comienzo de la guerra en Ucrania. La primera dama ha sido recibida por el presidente de la Orden de Malta en Eslovaquia (Maltézska pomoc Slovensko), Julius Brichta, y su vicepresidente, Tomáš Sklenár, que han expuesto los programas de asistencia humanitaria, médica y social de la Orden de Malta para los refugiados ucranianos no sólo en Eslovaquia, sino también en otros países como Polonia, Hungría, Rumanía y en numerosas ciudades ucranianas.
A continuación, la primera dama, junto con representantes del Estado eslovaco, ha participado en una oración dominical en la capilla de campaña de la Orden de Malta en la estación fronteriza de Vyšné Nemecké. Esta carpa reconvertida y con calefacción, que alberga la capilla, también sirve de zona de espera para las madres y los niños en caso de mal tiempo.
La Orden de Malta en Eslovaquia presta servicios en el paso fronterizo eslovaco-ucraniano de Vyšné Nemecké desde el segundo día de la guerra. Se presta servicio 24 horas al día, 7 días a la semana, entre otros asistencia sanitaria, social y psicológica a todos los refugiados que llegan. Más de 200 voluntarios de Eslovaquia y de otras organizaciones de ayuda de la Orden de Malta en los países vecinos prestan servicio en turnos de 72 horas y han distribuido más de 60.000 bebidas y 100.000 raciones de alimentos y asistencia social. Durante las primeras semanas de la guerra, los voluntarios de la Orden también coordinaron todo el transporte y el alojamiento de los miles de refugiados que llegaron a esta estación fronteriza, donde las temperaturas nocturnas alcanzaban los 20 grados bajo cero.