El mundo entero debe ya enfrentarse a la pandemia de Covid-19, que está poniendo bajo presión a los sistemas sanitarios nacionales y de asistencia social a todos los niveles. Los Grandes Prioratos, las Asociaciones y los Cuerpos de ayuda de la Orden de Malta se han organizado para seguir las líneas marcadas por los gobiernos nacionales y en colaboración con las otras organizaciones de ayuda.
Ante la rápida propagación de la pandemia, también en Alemania, los equipos médicos de Malteser Alemania se han activado en varios frentes. La actividad que indudablemente recibe el mayor reconocimiento de la población es la realizada en el Estado de Baden Wurttenberg: se trata de dos puestos drive-in para la realización de las pruebas sin necesidad de bajar del coche. Están abiertos de 10:00 a 19:00 para los residentes a quienes sus médicos de cabecera hayan dado un código después de un primer diagnóstico telefónico. Además de esta, la Orden de Malta en Alemania trabaja también en la activación y la gestión de ambulatorios médicos móviles, de puestos de triage delante de los hospitales, de centros de análisis clínicos y también ofreciendo consultoría de expertos para la gestión de la crisis.
En Bélgica, el virus Covid-19 y las consiguientes medidas del gobierno han obligado a la Orden de Malta a cerrar hasta el 3 de abril los centros de acogida La Fontaine de Bruselas, Lieja y Gante, donde se ofrecía a los sin techo asistencia y la posibilidad de asearse. Las actividades de ayuda a personas discapacitadas también se han suspendido hasta la misma fecha.
En España, el comedor social de San Juan de Acre en Sevilla, gestionado por la delegación andaluza de la Orden de Malta, ha decidido modificar el método de distribución de almuerzos a sus aproximadamente 240 beneficiarios diarios: se ha cerrado la sala donde se servía el almuerzo, «donde no era posible garantizar la distancia de seguridad» contra el virus; la comida se entregará en bolsas, a través de una ventana.
En el centro de Italia, en Perugia, los voluntarios de la Orden de Malta distribuyen a domicilio, en colaboración con las farmacias del municipio, los medicamentos necesarios a ancianos y enfermos. La distribución se realiza respetado estrictamente las normas higiénico-sanitarias: todos los voluntarios llevan guantes y mascarillas, y los fármacos se entregan siempre manteniendo la distancia de seguridad. El servicio está exclusivamente reservado a los mayores de 65 años que viven solos, con enfermedades crónicas e invalidantes, y a los mayores de 75 años sin recursos que viven solos, y estará activo hasta que cese la emergencia por coronavirus.
En el norte de Italia, en Milán, una de las zonas más afectadas en Europa, los jóvenes voluntarios de la Orden de Malta realizan la compra y llevan medicamentos a ancianos o personas discapacitadas atendidas por la delegación local.
También en Italia, en Roma, el Centro de diagnóstico y tratamiento clínico de la Orden de Malta situado en el Palacio Magistral sigue abierto y operativo (aunque con horario reducido), pero se han suspendido las actividades del puesto de primeros auxilios gestionado por la Orden de Malta en el Vaticano, tras el cierre de la Plaza de San Pedro decretada por las autoridades de Estado Ciudad del Vaticano.
Desde el comienzo de la emergencia sanitaria, el personal médico de la asociación libanesa ha llevado a cabo campañas de sensibilización y educación entre las comunidades de todas las regiones periféricas en las que funcionan los centros médicos y las unidades médicas móviles de la Orden de Malta. Además, todos los enfermeros de los centros de la Orden y del Líbano han recibido una formación especial sobre el Covid-19, ofrecida por el Ministerio de Salud Pública.
El pasado 5 de marzo la enfermedad llegó también a Belén, con el consiguiente cierre total de la ciudad y la región circundante. El Hospital de la Sagrada Familia, centro de neonatología gestionado por la Orden de Malta, sigue abierto y dedicado a la atención de las madres y bebés más vulnerables de la región. Cuenta sin embargo con menos trabajadores, ya que algunos de ellos deben permanecer en sus hogares ocupándose de sus hijos que no van al colegio. Además, algunos trabajadores han tenido que ser puestos en cuarentena debido a sus desplazamientos recientes. Uno de los quirófanos se ha reservado como sala de aislamiento para los pacientes infectados. Las medidas de control de la infección se han intensificado, siguiendo los protocolos del Ministerio de Sanidad palestino.
Más hacia el Este, en Oriente Medio, los miembros y voluntarios de la Orden de Malta en Corea han puesto en marcha un proyecto de ayuda de emergencia para los más pobres, cuyas vidas se ven aún más amenazadas por la pandemia de Covid-19. Veinticinco voluntarios han hecho cajas con diez tipos de alimentos envasados y productos de higiene personal, por un total de más de cinco toneladas. Se han enviado 600 cajas a las diócesis de Daegu para asistir a los niños desnutridos, los trabajadores extranjeros y los refugiados en las regiones más afectadas. En esta zona se han suspendido los comedores sociales.