“La migración es un fenómeno global que exige un enfoque común y multilateral”. Son las palabras de Albrecht Boeselager, Gran Canciller de la Orden de Malta, desde Marrakech (Marruecos), donde está en curso la cumple para la adopción del Pacto Mundial sobre Migración: el programa nacido bajo los auspicios de la ONU y que establece orientaciones para diseñar políticas y estrategias globales que permitan gestionar las migraciones. Son en total 23 objetivos, resultado de dos años de trabajo para conseguir un documento de consenso. La Orden de Malta, a través también de su misión diplomática ante las Naciones Unidas en Nueva York, ha contribuido desde el inicio.
La promoción de las vías de acceso legales, la defensa de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional, la lucha contra el tráfico de seres humanos, la aplicación de políticas que promuevan la integración de los migrantes en el mercado laboral y en el sistema educativo; la promoción de políticas que faciliten la reagrupación familiar y la implicación de todas las instituciones estatales, de la sociedad civil y del voluntariado: éstas son algunas de las propuestas de la Orden de Malta para la redacción del documento del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
«Con más de 40 millones de esclavos en el mundo, una cifra jamás antes alcanzada en la Historia, no podemos ignorar que la no gestión de la migración refuerza las redes criminales que explotan a los migrantes. Hablamos de tráfico de personas, pero también de órganos, de armas y de estupefacientes», ha declarado Boeselager, recordando el compromiso de los dos embajadores de la Orden de Malta responsables de atraer la atención sobre el tráfico de seres humanos.
«La militarización de las fronteras conlleva una militarización de los traficantes y un refuerzo de las infraestructuras criminales», ha subrayado el Gran Canciller, reiterando que firmar el acuerdo redunda en el interés de los países receptores, puesto que garantiza «una gestión regular de los flujos, con el intercambio de datos para la identificación y la repatriación de los migrantes irregulares».
La Orden de Malta está presente en los principales países de origen, de tránsito y de acogida de los migrantes. Desarrolla programas de asistencia médico social para los refugiados en Líbano, Turquía e Irak, y desde 2008 está presente en los barcos italianos que operan en el mar Mediterráneo, prestando una ayuda de primeros auxilios a los migrantes que se embarcan en lanchas y pateras para alcanzar las costas europeas. En África Subsahariana, la Orden gestiona también numerosos programas de asistencia sanitaria. En Alemania, dirige aproximadamente 150 centros para migrantes y refugiados, donde éstos reciben asistencia legal, social y psicológica y donde pueden seguir cursos que les facilitan la integración.