La Soberana Orden de Malta participa en el 71º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, que ha dado comienzo el 19 de septiembre en Nueva York. Este año, el tema del debate general anual es «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible: un impulso universal a transformar nuestro mundo». El Gran Hospitalario de la Soberana Orden de Malta, Dominique de La Rochefoucauld-Montbel, ha intervenido en la Reunión de Alto Nivel sobre Refugiados y Migrantes, y también participará en otras reuniones durante el evento, que se prolongará hasta el 26 de septiembre.
En su discurso en sesión plenaria, el Gran Hospitalario ha lanzado un llamamiento firme: «Pedimos programas de desarrollo que abarquen largos periodos de tiempo, completados con ayuda de emergencia para aliviar el sufrimiento urgente. Pedimos una financiación adecuada en el ámbito humanitario y de desarrollo. Para estar a la altura de los desafíos, se deben aplicar las recomendaciones de la Cumbre Mundial Humanitaria sobre la conexión entre ayuda humanitaria y desarrollo».
Con más de 60 millones de personas desplazadas en el mundo, el Gran Hospitalario ha recordado la importancia de incluir a las organizaciones e instituciones de inspiración religiosa en la acción para paliar las enormes necesidades humanitarias. En mayo pasado, durante la Cumbre Mundial Humanitaria de Estambul, se produjo un avance muy importante, cuando la Orden de Malta reafirmó el papel especial que las organizaciones de inspiración religiosa desempeñan en la asistencia humanitaria.
Como ha señalado el Gran Hospitalario, «las organizaciones de inspiración religiosa desarrollan redes de apoyo y solidaridad, pueden ser el vínculo entre la diáspora y las poblaciones afectadas, y a menudo gozan de la confianza de la comunidad local».
Otro paso importante para la Orden de Malta ha sido su participación en la mesa redonda sobre la vulnerabilidad de los refugiados y los migrantes en el viaje desde sus países de origen a los países de acogida.
Basándose en la larga experiencia de la Orden en programas de emergencia y asistencia para migrantes y refugiados en todo el mundo, en tierra firme y en alta mar, Dominique de La Rochefoucauld-Montbel ha señalado la necesidad de reafirmar y respetar los principios humanitarios y los derechos humanos: «Estamos convencidos de que ningún ser humano es ilegal, y por lo tanto todos tienen derechos. No se está respetando estos derechos. Si a un ser humano se le retira su condición, se le retira sus derechos básicos. Así se está tratando a los migrantes y los refugiados», ha afirmado.
El Gran Hospitalario ha llamado a una mayor cooperación entre las autoridades migratorias y los servicios de protección de la infancia, y para mejorar la protección de mujeres y niñas, demasiado a menudo víctimas de violencia física y psicológica durante el trayecto.