El miércoles 10 de junio se ha producido un nuevo encuentro Doctor to Doctor con expertos sanitarios libaneses, italianos y alemanes. El objetivo de esta reunión virtual, una de las muchas que la Orden de Malta ha convocado entre los países de Oriente Medio y los expertos del think tank británico Forward Thinking, es que los médicos y especialistas en salud puedan intercambiar conocimientos sobre la gestión y el tratamiento de la covid-19. Como muchos otros países, Líbano ha sufrido las consecuencias de la pandemia a distintos niveles: a nivel nacional, en el mundo hospitalario y en las áreas más remotas del país. Gracias a la rápida reacción de las autoridades sanitarias, que ordenaron el confinamiento de manera temprana, se pudo contener los contagios, reduciendo la presión sobre las infraestructuras del país: una decisión que se ha revelado esencial, dada la escasez de camas en cuidados intensivos.

Como han explicado los médicos libaneses durante el encuentro online, una de las claves de la gestión del primer brote fue una comunicación eficaz, además de campañas en los medios de comunicación locales para pedir a los habitantes que se recluyeran en sus hogares, y la participación de los médicos de familia, que informaron a sus pacientes de la importancia de lavarse las manos y usar mascarilla. Se formó un comité científico, que se ha reunido dos veces por semana para estudiar medidas de prevención y tratamiento del virus, indicaciones sobre fármacos a utilizar, así como la literatura científica a la que referirse. Este comité elaboró un protocolo para asegurar la coherencia de la estrategia de gestión de los pacientes, que tuvo un gran éxito en la contención de la epidemia. Los datos son esperanzadores, comparados con los de otros muchos países que se han enfrentado a la covid-19: por el momento, solo 32 fallecimientos y poco más de 1.460 casos detectados.

Los participantes en la reunión, incluidos profesores de varias universidades e institutos médicos, representantes de la Cruz Roja y sanitarios de los muchos centros gestionados por la Asociación libanesa de la Orden de Malta, han señalado la importancia de establecer un sólido canal de comunicación entre las distintas autoridades para promover una gestión coordinada y coherente. Los participantes han subrayado también la importancia de promover el conocimiento y las buenas prácticas, también a la luz de los avances constantes de la comunidad científica en la comprensión del virus.

El doctor Issa Farkh, director médico de la Orden de Malta en Líbano, ha hablado de los retos de llevar ayuda a los necesitados en situación de restricciones. Durante el periodo de confinamiento, que a partir del 4 de mayo ha quedado parcialmente levantado, la prioridad de la Asociación de la Orden ha sido atender a los pobres y los desfavorecidos con sus unidades médicas móviles. Sin embargo, no todos los servicios han podido continuar, y la mayoría de las actividades están retomándose en la actualidad. Esto es de gran significado en este país sometido a una difícil situación, con una crisis política, económica y social que se prolonga y que ha provocado tensiones y un aumento de la pobreza en todo el territorio.

Desde hace cuatro décadas, la Orden de Malta en Líbano ha servido a los más marginados, los enfermos, los discapacitados, los ancianos y los numerosos refugiados que viven en los asentamientos. Con diez centros médicos operativos y numerosas unidades médicas móviles, la Orden de Malta en Líbano gestiona una red de treinta proyectos diseminados por todo el país.