La guerra en Siria entra ya en su noveno año consecutivo, con repercusiones en los países vecinos como Libia, con crecientes tensiones, o Líbano, donde conviven 18 confesiones distintas y donde la inestabilidad política ha llevado a un estado prolongado de emergencia social y económica. Este es el telón de fondo del encuentro organizado por la Orden de Malta el 27 de febrero, que ha reunido a los embajadores de la Orden y los presidentes de las asociaciones de la región, así como a los responsables de Malteser-International-es y de Ordre de Malte France, para analizar cómo reforzar e intensificar los esfuerzos para hacer llegar la ayuda a las comunidades afectadas.
Han participado en las discusiones altos responsables de la Orden de Malta que operan en los distintos países afectados por la inestabilidad constante, como Líbano, Jordania y Palestina, así como el embajador de la Orden ante la UE, responsables políticos y expertos en países clave como Irak. Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta, ha contribuido en gran medida, presentando en un documento político la situación actual de la zona. A la reunión ha asistido también la Orden de Malta de Hungría, que ha respaldado activamente proyectos humanitarios en Siria.
El Gran Hospitalario, Dominique de La Rochefoucauld-Montbel, ha pedido aunar esfuerzos para reforzar aún más la red de la Orden, subrayando que herramientas como los acuerdos de cooperación entre Estados e instituciones son esenciales para poder llevar una ayuda inmediata a los necesitados.
El encuentro, celebrado en la Villa Magistral de Roma, una de las sedes de la Orden, y de un día de duración, se ha centrado en la difícil situación siria: hasta la fecha, más de medio millón de sirios han fallecido por los combates y los bombardeos, y millones de personas han abandonado el país. Más de 12 millones de desplazados y 5,6 millones de refugiados, principalmente en países vecinos. Tan solo en la región de Idlib, más de dos millones de personas dependen ya de la ayuda.
De manera más general, el aumento de población en Oriente Medio, especialmente en grandes núcleos urbanos, pone bajo presión el acceso a los recursos básicos como el agua y los alimentos. Esto es especialmente cierto en países desestabilizados por años de guerra y violencia como Irak, ha afirmado un representante de Malteser-International-es, que tiene equipos de emergencia y médicos desplegados en la región desde el estallido de la guerra en Siria en 2011.
Actualmente, Malteser-International-es dirige una serie de proyectos en Irak, Turquía y Líbano, y apoya actividades de rescate y actividades médicas en Siria. La Asociación libanesa ha intensificado su red de asistencia sociosanitaria en los últimos años, y sus programas de ayuda ascienden ya a treinta, incluidas dos nuevas unidades médicas móviles en el norte y el sur, para llevar la ayuda a las comunidades necesitadas.
Durante el encuentro, al que han asistido más de treinta representantes de la Orden de Malta, se ha hecho hincapié en la necesidad de reforzar la protección de las comunidades religiosas y de intentar detener la hemorragia de cristianos en Oriente Medio, reforzando el diálogo con el mundo islámico y árabe.
«Nos enfrentamos a grandes retos: en primer lugar, analizar lo que puede hacer la Orden de Malta sobre el terreno para ayudar a las comunidades de las regiones afectadas por la violencia, en especial las comunidades religiosas más amenazadas por discriminaciones y persecuciones. En segundo lugar, examinar, país por país, lo que puede hacer la Orden, en especial sus ramas operativas como Malteser-International-es y Ordre de Malte France, para tratar eficazmente los dramáticos problemas a los que se enfrenta Oriente Medio», ha afirmado el Gran Canciller Albrecht Boeselager en su discurso.