Las notas de la Novena Sinfonía de Beethoven han llenado, el viernes, uno de los 127 campos de refugiados gestionados por la Orden de Malta en Alemania.
Un espectáculo inédito para los huéspedes del campo, situado a pocos kilómetros de la ciudad de Hamburgo. El evento surge del proyecto musical español A Kiss for All the World (un beso para el mundo), www.akissforalltheworld.org, iniciativa solidaria musical que lleva la célebre sinfonía de Beethoven a los más vulnerables.
«La interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven en un campo de refugiados alemán es una manera de celebrar la integración, la fraternidad y el diálogo. Una comunión entre culturas que nos demuestra que lo más eficaz para luchar contra la violencia son las armas de la tolerancia, la dignidad y la belleza», ha explicado el director de orquesta y creador del proyecto, Iñigo Pirfano.
Al concierto han asistido más de 400 espectadores, personas obligadas a huir de la guerra y la violencia en diversos lugares del mundo.
La Sinfonía ha sido interpretada por la Orquesta Sinfónica de Hamburgo y un cuarteto compuesto por algunos de los mejores solistas europeos del momento: las españolas Ainhoa Arteta (soprano) María José Montiel (mezzosoprano), Albert Montserrat (tenor) y el griego residente en Alemania Aris Argiris (barítono).
El cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven, además de ser la Oda a la Alegría, es también el Himno de Europa. Esto convierte a este concierto en un evento único e histórico, dadas las circunstancias que atraviesa Europa y la crisis de los refugiados que vive el continente en estos momentos.
Patrocinado por el Malteser Hilfdienst, el ministerio de Estado de la Cancillería Federal y el comisario gubernamental de Migración, Refugiados e Integración, el concierto de la Orquesta Sinfónica de Hamburgo ha contado también con el apoyo del Coro Carl Philipp Emanuel Bach.
De acuerdo con las estadísticas de 2015, uno de cada tres refugiados presentes en el país ha recibido asistencia de la organización de la Orden de Malta en Alemania. Gracias a aproximadamente 2.400 trabajadores y 800 voluntarios, 44.000 refugiados pueden ser alojados en los campos repartidos por todo el territorio. La Orden de Malta en Alemania ofrece también cursos de idiomas y asistencia médica y social.