Las consecuencias de la pandemia en el tejido social, el sistema sanitario y la economía: estos son algunos de los temas tratados durante la reunión entre la ministra de Asuntos Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, y el Gran Canciller Albrecht Boeselager.

En una larga y cordial conversación en Roma el 29 de junio ambos responsables han analizado los efectos negativos, también en Centroamérica, de la guerra en Ucrania sobre el aumento de la inflación y los precios de las materias primas y los alimentos. «Mi mayor preocupación es el hambre. Veo un empeoramiento general de las economías en toda América Central y Sudamérica», ha afirmado la ministra de Asuntos Exteriores, «que amenaza con empeorar las condiciones de vida de millones de ciudadanos».

La ministra de Asuntos Exteriores ha agradecido sinceramente «a la Asociación salvadoreña y a la Embajada de la Soberana Orden de Malta el apoyo y la amistad mostrados especialmente durante la pandemia, que ha sido un enorme desafío para mi país». En particular, «apreciamos el trabajo realizado por los centros médicos y las farmacias móviles de la Orden de Malta, que llevan la asistencia sanitaria a los pueblos y, por tanto, a los sectores más débiles de la población».

«Nuestro compromiso en El Salvador se remonta a 1950. Tenemos la firme intención de seguir a su lado, reforzando nuestros centros médicos y sociales y, si la situación lo permite, ampliando sus actividades», ha afirmado el Gran Canciller.

En la reunión han participado, por la República de El Salvador, Arena Ortega, embajadora en misión especial para Asuntos Internacionales, y Manuel Roberto López Barrera, embajador de El Salvador ante la Orden de Malta. Por la Orden de Malta ha asistido el embajador Stefano Ronca, secretario general de Asuntos Exteriores.