Para luchar contra el brusco aumento de la precariedad, agravada en estos momentos por la pandemia de covid-19, Ordre de Malte France ha lanzado un nuevo proyecto: Soli’Malte, un servicio de urgencia para ayudar en las calles a los sectores más frágiles de la población. «La gran novedad de este proyecto, explica Jean Baptiste Favatier, presidente de Ordre de Malte France, es que se trata de una solución «todo en uno»: ofrecemos atención sanitaria, alimentos, servicios de higiene y un apoyo social, todo al mismo tiempo».
El servicio se activará en breve en 14 grandes ciudades en toda Francia, «porque hoy es, justamente, en las grandes metrópolis donde se desarrollan los principales focos de precariedad extrema», añade Favatier. Existirán puestos fijos, cerca de los lugares habituales donde se reúnen los sin techo, como estaciones, mercados y aparcamientos, y también puestos móviles que se desplazarán buscando a personas aisladas, en especial a los llamados «nuevos pobres». Son hombres y mujeres que no tienen experiencia y no conocen el funcionamiento de la ayuda, y que «a menudo localizamos gracias a vecinos o las parroquias».
En los vehículos de Ordre de Malte France hay un médico o un enfermero que pueden realizar una primera revisión sanitaria, midiendo la temperatura y la oxigenación de la sangre y detectando eventuales síntomas de debilidad o heridas. Los voluntarios distribuyen también alimentos y kits básicos de higiene, con cepillos y pasta de dientes, sábanas, toallas… Igualmente, ofrecen un apoyo social, escuchando a las personas atendidas para entender sus necesidades físicas o psicosociales, y después orientándolas hacia los centros adecuados.
«Estamos en una situación en la que se han sumado dos problemas, ambos vinculados a las consecuencias de la pandemia sobre las personas más frágiles. Por un lado, tenemos a los sin techo habituales, unos 30.000 en Francia, que ya sufren de la escasez de servicios de ayuda, consecuencia en parte de las medidas de confinamiento que impiden la acción de los voluntarios. Y, por otro lado, desde hace un par de semanas, hay nuevos pobres, nuevas personas en situación precaria, por causa del impacto económico de la epidemia: personas que tenían ya sueldos extremadamente bajos y que, en estos momentos, apenas consiguen pagar el alquiler; muchas personas que vemos rebuscar en la basura, desgraciadamente, para buscar algo que comer».
Hay más de 70 delegaciones de la Orden de Malta activas en Francia, con aproximadamente 2.000 voluntarios sobre el terreno, que trabajan sobre todo en actividades ligadas a la epidemia: «Estos días hemos registrado un extraordinario impulso de generosidad, señala Favatier, ya sea participando activamente o mediante donativos, que nos permiten adquirir alimentos, termómetros y material de higiene». Y este nuevo proyecto, Soli’Malte, concluye Favatier, «ya despierta un gran interés en los medios de comunicación franceses; nos permite intensificar este servicio y trabajar codo con codo con otras asociaciones con las que mantenemos una estrecha colaboración».
Ordre de Malte France trabaja también en 27 países en el mundo, en África, Oriente Medio y Extremo Oriente. En África «hemos tomado todas las medidas de precaución posibles para proteger a nuestro personal sanitario y a los pacientes de nuestros diez hospitales, de los cuales ninguno ha sido asignado al tratamiento de enfermos de covid-19», explica Favatier, precisando que «hay problemas de aprovisionamiento en mascarillas, sobre todo en Burkina Faso y Senegal». Por ello «ha sido importante activar la red diplomática de la Soberana Orden de Malta, para poder recibir las necesarias garantías por parte de los gobiernos de que no se requisarán los dispositivos médicos que se envíen».