Un mes después del devastador incendio del campo de refugiados de Cox’s Bazar, en el sur de Bangladesh, la situación humanitaria sigue siendo complicada. El fuego ha destruido unas 2.800 viviendas, dejando a 15.000 refugiados sin techo.
Malteser International, la organización de ayuda de la Orden de Malta, que lleva trabajando en la zona desde 2017, ha intervenido inmediatamente. A los equipos sanitarios ya presentes se ha sumado más personal para poder ofrecer asistencia médica y social a los desplazados y reconstruir las viviendas, levantadas principalmente con bambú y lonas de plástico.
Gracias al apoyo de Malteser International, más de cien familias que habían perdido sus pertenencias en el incendio han recibido ropa y artículos de primera necesidad. La organización de ayuda de la Orden también se ocupa de la asistencia sanitaria y de la distribución de productos de ayuda, que continúa en estos días.
El campo de refugiados de Cox’s Bazar está considerado el mayor del mundo: cerca de un millón de desplazados rohinyá viven allí en condiciones muy difíciles. En agosto de 2017, más de 700.000 personas de etnia rohinyá de Myanmar huyeron de sus hogares para escapar de una terrible ola de violencia. La mayoría huyó al vecino Bangladesh, donde se unieron a los cientos de miles que ya vivían en los campos de refugiados de los distritos del sureste del país.