Se ha tardado cuatro años en terminar las obras, a causa de la pandemia, pero por fin ha visto la luz un importante proyecto de la Orden de Malta en Italia. En el centro de Roma, a los pies de la Villa Magistral en la colina del Aventino, se ha puesto a disposición de los sin techo un nuevo centro amplio y moderno, con duchas, lavandería, cocina y ambulatorio.
El 22 de marzo por la tarde se ha celebrado una sencilla ceremonia de inauguración en la entrada de las instalaciones. El cardenal Silvano Maria Tomasi, delegado especial del Pontífice para la Orden de Malta, ha sido el encargado de cortar la cinta, una cinta roja y blanca de obra que simboliza el compromiso personal y directo de los numerosos voluntarios que han colaborado. El cardenal ha impartido después su bendición a las instalaciones. A su lado se encontraba el Gran Canciller, Riccardo Paternò di Montecupo, en su calidad de presidente saliente de la Asociación italiana de Caballeros de Malta. Con evidente emoción, el Gran Canciller ha explicado a los numerosos presentes el proyecto, un gran compromiso personal para él y dedicado a la memoria de su padre, Frey Renato Paternò di Montecupo.
Han asistido a la ceremonia los dirigentes de la Asociación italiana y del Gran Priorato de Roma, la delegación de Roma del cuerpo de ayuda italiano y del cuerpo militar de la Orden, el arquitecto del centro Giorgio Ferreri, y los numerosos miembros y voluntarios que han contribuido, material y financieramente, a la realización de esta obra. En los rostros de muchos de ellos era palpable la emoción y la satisfacción por el resultado obtenido.
Iniciadas apenas unos días antes del confinamiento por covid-19, a principios de 2020, las obras se reanudaron en cuanto las restricciones sanitarias lo permitieron, y prosiguieron con gran dedicación, a pesar de los retrasos debidos a la complejidad de las obras y a problemas burocráticos de diversa índole. La edificación, que se extiende a lo largo del Lungotevere Aventino, ha quedado completamente renovada, desde la cubierta aterrazada hasta los cimientos, los muros y los suelos. Todo el material utilizado para acondicionar los locales es fruto de donaciones, procedentes de tres hoteles y un cuartel, de los que se han recuperado puertas, pomos, armarios y sanitarios: ha sido una elección consciente de reciclaje y reducción de residuos. La empresa 3A encargada de las obras, dirigida por Franco Quaranta, ha realizado su labor sin ánimo de lucro.
El centro ofrece a las personas sin hogar dos locales de duchas, para hombres y mujeres, cada uno con cuatro duchas y dos lavabos. En la misma planta hay también un servicio de lavandería con lavadora y secadora, y en la planta superior se sitúan las salas para consultas médicas. El cuerpo de ayuda italiano de la Orden de Malta utilizará también las instalaciones, que disponen de garajes para coches y ambulancias y de salas de almacén para sus equipos, así como de un dormitorio para los voluntarios en caso de emergencia. Algunos de los locales se utilizarán como banco de alimentos y para almacenar el material de ayuda para los sin techo, y también habrá una sala para la formación de voluntarios.
En su discurso, Riccardo Paternò de Montecupo, ha querido «agradecer sinceramente a todos los que han colaborado, económicamente y con su trabajo, a la realización de esta obra. Es para mí una gran satisfacción entregar a la Orden de Malta, como último acto de mi presidencia de la Asociación italiana, este centro fruto de la implicación de todos nosotros, y que ahora prestará ayuda a los menos afortunados, siguiendo la estela de nuestra tradición de servicio casi milenaria».