La historia de la Orden de Malta ha estado vinculada durante muchos siglos a la peregrinación a Santiago de Compostela, donde se encuentran sepultados los restos del apóstol Santiago el Mayor. Desde los tiempos antiguos, los caballeros han ofrecido alojamiento y atención médica en hospitales, conventos e iglesias a los peregrinos a lo largo de su viaje. La Asociación española de la Orden de Malta aún conserva esta tradición y ofrece ayuda a los peregrinos que viajan hasta Santiago de Compostela.

Una de las últimas iniciativa de sus voluntarios es la organización de un peregrinaje para personas con discapacidad denominada WOW (por las siglas en inglés de Way On Wheels) en agosto. Un Camino de Santiago dividido en siete etapas que recorren unos 109 kilómetros a través del Camino de Santiago Francés, la ruta más famosa e importante de todas las que conducen hasta la catedral de Santiago de Compostela.

El programa consiste en ofrecer ayuda a la gente con discapacidades físicas que solo podría realizar el Camino en silla de ruedas. En las diferentes etapas visitarán lugares estrechamente relacionados con la historia de la Orden.

Este proyecto se hizo posible gracias a que contaban con sillas de una sola rueda para carretera, lo que permitía viajar tanto a los voluntarios como a los personas con discapacidad incluso por los caminos de tierra. El lugar de partida es Villalcázar de Sirga, donde la Orden de Malta posee un albergue inaugurado en 2017 para peregrinos con movilidad reducida. El edificio es totalmente accesible, sin barreras arquitectónicas, y puede acoger a un total 20 personas. Los voluntarios ofrecen su servicio desde mayo hasta final de septiembre, un gesto que demuestra su espíritu solidario, una cualidad que siempre ha caracterizado al Camino de Santiago y a la misión de ayuda y hospitalidad de la Orden de Malta.

La asociación española de la Orden de Malta también está presente en otros dos lugares del Camino. Poseen un albergue en Cizur Menor, a pocos kilómetros de Pamplona, a mitad del Camino y cuentan con un puesto de primeros auxilios dentro del monasterio de la Catedral de Santiago, donde un equipo de enfermería y voluntariado ofrecen atención médica a los peregrinos.