Esta mañana en la Villa Magistral se ha desarrollado un encuentro extenso y cordial entre el Gran Canciller Albrecht Boeselager y el ministro de Asuntos Exteriores de Montenegro, Srdjan Darmanović, acompañado por el embajador Miodrag Vlahović.
Durante la reunión se ha prestado una especial atención a la crisis migratoria y la acogida de los refugiados, así como a los proyectos de integración, cuestión en la cual la Orden de Malta está «decididamente comprometida», como ha subrayado Boeselager. Garantizar «condiciones humanas» a los migrantes es también el objetivo de Podgorica, ha explicado el jefe de la diplomacia montenegrina, asegurando que «siempre que es posible ayudar, lo hacemos».
En el encuentro ha tenido una importancia particular el asunto del icono de Nuestra Señora de Filermo, símbolo de la espiritualidad mariana de la Orden de Malta, conservado en el Museo Nacional de la capital histórica de Montenegro, Cetinje. Esta figura, que probablemente data del siglo IX después de Cristo, pasó por Rodas, Malta, Rusia y Yugoslavia, para después desaparecer durante la segunda guerra mundial y ser recuperada en Montenegro a principios del siglo XXI.
El Gran Canciller ha asegurado a Montenegro su firme voluntad de «cooperación para garantizar la seguridad de esta pieza en las mejores condiciones posibles, y conseguirle un destino final digno de su valor no solo artístico, sino también religioso y espiritual». Por su parte, el ministro Darmanović ha expresado su «satisfacción» por el diálogo que se ha establecido en torno a esta cuestión, agradeciendo su colaboración en particular al embajador de la Orden ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi, y deseando que esta disponibilidad mutua siga adelante en el futuro.
Finalmente, las autoridades montenegrinas han manifestado su apreciación por la «paciente labor» que permite a tres médicos montenegrinos actualizar sus conocimientos en seminarios de técnicas cardiovasculares en Nápoles.