Para hacer frente a la emergencia sociosanitaria desencadenada por la epidemia de COVID-19, el cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta (CISOM) se ha puesto manos a la obra desde hace semanas. Los equipos sanitarios compuestos por médicos, enfermeros y voluntarios trabajan en el territorio italiano en 14 aeropuertos desde el pasado 5 de febrero, y sus actividades han superado las 1.000 jornadas de trabajo por persona, en poco menos de un mes.
Médicos, enfermeros y socorristas participan en las operaciones de detección de la enfermedad a la llegada de los pasajeros de vuelos internacionales, y también se han puesto a la disposición del Ministerio de Salud italiano.
Con una media diaria de 38 voluntarios, en total se turnan 290 personas allí donde es necesario y en los aeropuertos de Milán Malpensa, Milán Linate, Bologna, Florencia, Pisa, Ciampino, Bari, Brindisi, Catania, Venecia, Treviso, Verona, Torino y Pescara.
A estas actividades se añaden las que se realizan en las regiones: en Umbria los equipos sanitarios ayudan en las operaciones previas al triage en los hospitales de Amelia y Narni, y se ha montado un puesto de CISOM cerca del hospital de Amelia; en Toscana también se ha montado un puesto de atención de CISOM cerca del hospital de Volterra. En Calabria CISOM ha montado un puesto cerca el hospital de Soverato y sus equipos apoyan el teléfono gratuito regional sobre el coronavirus; en Liguria trabaja un equipo sanitario en apoyo a la toma de temperatura a las personas llegadas al puerto de Génova.
El puesto de primeros auxilios de la Orden de Malta en El Vaticano está igualmente abierto y operativo, siguiendo las directrices que la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano en los últimos días. “Todo funciona con normalidad”, asegura el profesor Domenico Arduini, responsable del ambulatorio. El triage se produce en el exterior de la estructura y, solo si presentan síntomas sospechosos, las personas reciben una mascarilla y pasan al interior.
