El primer caso confirmado de covid-19 en Uganda se anunció oficialmente el 21 de marzo, al día siguiente de que el gobierno decidiera cerrar colegios y universidades e imponer las primeras medidas de restricción y de distanciamiento social. Como explica Laura Beutler, coordinadora técnica del proyecto en Uganda del servicio médico de emergencias de Malteser-International-es: «La gente empezó a entrar en pánico. Se temían que la covid-19 fuese como el ébola».
Desde ese día, el trabajo de la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta ha cambiado. Sus instalaciones en Kampala están cerradas, y todos los cursos y talleres previstos han quedado cancelados indefinidamente. «Soy la coordinadora técnica de un proyecto cuyo objetivo es mejorar los servicios médicos de emergencias en Uganda, empezando por su capital, Kampala. Inmediatamente nos dimos cuenta de que, en esta difícil situación, no podíamos abandonar a nuestros socios en el proyecto. Así que investigamos e intentamos encontrar ideas para ayudarles», explica Laura Beutler.
El primer paso ha sido trabajar para montar un servicio de aislamiento en el hospital Lubaga, en Kampala, para anticipar la respuesta a un posible brote de covid-19 y estar preparados para poder tratar a los primeros pacientes que necesiten hospitalización. «Un brote de covid-19 en Uganda podría descontrolarse rápidamente si el sistema sanitario y, ante todo, el personal médico del país no reciben un apoyo adicional durante este periodo. Para garantizar una atención al paciente adecuada y para evitar nuevas infecciones de pacientes de alto riesgo hospitalizados, estamos montando una unidad de aislamiento independiente en el hospital Lubaga. ¡No podemos dejar solos a nuestros socios en estos difíciles momentos!», afirma Laura Beutler.
En el marco del proyecto de gestión de emergencias de Malteser-International-es, el personal del hospital Lubaga ha recibido formación en medicina de urgencias y evaluación inicial, conocimientos que ahora se están aplicando en la atención a enfermos de covid-19.
El confinamiento está teniendo un impacto catastrófico en Uganda: la pobreza crece, y muchas personas tienen dificultades para encontrar fuentes de ingresos. Además de la prohibición del transporte público, también se ha prohibido la circulación de los vehículos privados, con la excepción de los vehículos médicos. Por consiguiente, en caso de urgencia médica, pocas personas pueden llegar a un hospital. Malteser-International-es ha decidido poner su ambulancia al servicio del hospital Lubaga durante toda la emergencia por coronavirus.
Malteser-International-es trabaja en Uganda desde 1996. El objetivo de su acción es la ayuda a los refugiados, especialmente en el norte del país, así como la mejora de la salud y del sector WASH (agua, saneamiento e higiene). El equipo de la oficina regional de Kampala también ofrece un apoyo logístico a los proyectos en República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Kenia.
Fotos de archivo, tomadas antes del estallido de la pandemia de Covid-19