El Papa Francisco ha celebrado ayer una misa en la Basílica Vaticana con motivo de la solemnidad de San Pedro y San Pablo. Estuvieron presentes el Lugarteniente del Gran Maestre de la Orden de Malta, Frey Marco Luzzago, y el Gran Comendador, Frey Gonçalo do Valle Peixoto de Villas-Boas.
Sólo una Iglesia libre de miedo, hipocresía y poder es una Iglesia creíble, según las palabras del Santo Padre en una Basílica repleta de obispos, cardenales y numerosos fieles. En su homilía, el Papa ha recordado el testimonio de los dos Apóstoles: «En el centro de su historia no están sus capacidades, sino que en el centro está el encuentro con Cristo que cambió sus vidas. Experimentaron un amor que los sanó y los liberó y, por ello, se convirtieron en apóstoles y ministros de liberación para los demás».
Al final de su homilía, el Papa ha dirigido unas palabras a los arzobispos que han recibido el palio y ha saludado a la Delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, encabezada por el Metropolitano Emmanuel de Calcedonia, que ha acudido a Roma para el tradicional intercambio de delegaciones en las fiestas de sus respectivos santos patronos.