El embarazo es un momento especial lleno de ilusión y esperanza, pero para Marianne y George, la pandemia de covid-19 ha teñido esta hermosa experiencia de miedo, estrés e incertidumbre.
Durante su embarazo, Marianne se contagió de covid-19 y temía que esto causara problemas a su bebé. Gracias al seguimiento de su médico en el Hospital de la Sagrada Familia de Belén, superó esta fase sin peligro y con el apoyo profesional del personal del hospital.
El 26 de junio de 2021, a las 4 de la madrugada, Marianne se puso de parto. Acudió directamente al Hospital de la Sagrada Familia. Como recuerda su marido: «Cuando las matronas examinaron a mi mujer vieron que el latido de mi bebé era débil, así que la ingresaron para una cesárea urgente. Me sentí perdido, pero me alivió la rápida intervención médica que presencié. Consiguieron salvar la vida de mi mujer y la de mi hija».
«Nuestra hija Yasmeen necesitaba cuidados intensivos. Fuimos testigos de un gran trabajo de equipo entre los médicos y las enfermeras, nadie dudó ni un momento en proporcionar la rápida atención médica que necesitaba mi hija», cuenta George emocionado.
«Nuestra elección de acudir al hospital de la Sagrada Familia nos ha salvado de la tragedia que podría haber ocurrido, su rápida actuación y su gran experiencia salvaron la vida de mi bebé».
Yasmeen recibió el alta al cabo de cuatro días, con un peso de 2.420 kg y en buen estado de salud.
En lo que va de año, el Hospital de la Sagrada Familia ha visto nacer a unos 2.200 bebés, mientras se enfrenta al enorme desafío que supone la pandemia y las consiguientes dificultades financieras que afectan a la salud y el bienestar de la población de la región.
Desde 1990, el Hospital ha visto nacer a 90.000 bebés y ha atendido a muchos miles más nacidos prematuramente o con patologías congénitas. El Hospital es el único centro de la región que cuenta con una unidad de cuidados intensivos neonatales y ofrece consultas periódicas pre y posnatales a las mujeres de los pueblos cercanos.