Según las estimaciones de Naciones Unidas, la hambruna amenaza a más de un millón de niños en Somalia, Nigeria, Yemen y Sudán del Sur. La situación empeora también en otros países de África: los meses de sequía prolongada han llevado a una hambruna que afecta sobre todo a los más pequeños.

«La crisis se ha extendido silenciosamente por distintas zonas de África a la sombra del conflicto de Oriente Medio, a medida que la sequía empeora incesantemente y amenaza cada vez más las vidas y los medios de subsistencia de la población. Se necesita ayuda urgentemente para evitar que mueran de hambre», afirma Roland Hansen, director para África de Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta.

La guerra civil en Sudán del Sur, que ha provocado una inflación desbocada, es otro de los factores que han alimentado la hambruna en África. Solo en ese país, cerca de 100.000 vidas están amenazadas por el hambre, y 5 millones de personas necesitan urgentemente ayuda alimentaria. Malteser-International-es distribuye alimentos a un número cada vez mayor de niños, que son la categoría de población más amenazada.

En la capital de Sudán del Sur, Juba, 2.000 alumnos reciben cada día, gracias a la Orden de Malta, una comida caliente en el colegio. Otros 3.000 niños de la ciudad de Wau recibirán también próximamente almuerzos diarios en sus colegios. Malteser-International-es ayuda ya a la población local a cultivar cereales y verduras, ya que el conflicto en el país dificulta cada vez más la práctica de la agricultura, y hace que el precio de los alimentos básicos aumente dramáticamente. Malteser-International-es ha perforado 18 pozos para abastecer de agua potable a los campamentos de desplazados en Wau, que acogen a aproximadamente 45.000 personas.

También empeora la situación en el norte de Kenya, donde lleva meses sin llover. Tan solo en esta región, 2,7 millones de personas luchan contra una terrible sequía. La situación en el condado de Marsabit es especialmente dramática: más de la mitad de los niños sufre desnutrición. La población de la zona depende casi exclusivamente de la ganadería, pero dado que el 80% del ganado ha desaparecido, no tiene ya dinero para comprar comida ni animales de los cuales alimentarse. El centro de salud local, apoyado por Malteser-International-es, reparte actualmente suplementos alimentarios para los niños desnutridos, así como judías y harina de maíz para 2.500 familias.