“Bienvenido Gran Jefe”. Estas palabras, escritas a lápiz, daban la bienvenida al Gran Maestre Frey Matthew Festing a su llegada a Bomporto, provincia de Módena, golpeada por los terremotos del 20 y 29 de mayo. Los voluntarios del cuerpo de ayuda italiano de la Orden de Malta (CISOM), junto con su cuerpo militar, instalaron y gestionan allí un campamento.
Varios edificios del centro histórico de Bomporto, incluido su ayuntamiento, quedaron inutilizables. Una chimenea industrial de 35 metros, símbolo de esta ciudad de 10.000 habitantes, ha tenido que ser parcialmente demolida, ya que amenazaba con derrumbarse sobre una guardería. Muchas viviendas han sido declaradas inhabitables por los daños sufridos.
El Gran Maestre, en compañía de varios responsables de CISOM, fue recibido por el alcalde de Bomporto, con quien mantuvo una larga conversación. Después de saludar a voluntarios y personal militar, el Gran Maestre visitó el campamento y a sus habitantes. Se trata de 200 personas de varias nacionalidades, incluidos varios niños; el más joven del campamento sólo tiene tres semanas. El campamento da una sensación de organización impecable. La única excepción es la tienda donde juegan los niños: “Intentamos mantener esta tienda ordenada”, afirma el jefe del campamento Luigi di Iorio, “pero es prácticamente imposible…”.
En la tienda que alberga el comedor, todos los miembros de esta gran familia, unidos por la desgracia del seísmo, se reúnen para almorzar en torno al Gran Maestre. Todos luchan por pensar que ya ha pasado lo peor, y en este sentido el trabajo de los psicólogos del cuerpo de ayuda de la Orden de Malta es esencial. “Hemos repartido folletos informativos y hablado con los residentes del campamento en varias ocasiones”, afirma Pierluigi Policastro, jefe del equipo de psicólogos del CISOM. “A petición del alcalde hemos ampliado este servicio de 24 horas a todos los habitantes de Bomporto y las ciudades de alrededor. El principal problema son las réplicas, que aterrorizan a la gente y les impide volver, aunque sea lentamente, a la normalidad”.
El Gran Maestre expresó su comprensión con palabras de consuelo. “Al igual que hicimos después del seísmo en Los Abruzos, seguiremos asistiendo a la población hasta que la emergencia haya terminado”.