S.A.E. el Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta fue recibido el 7 de noviembre como invitado especial de la 37ª reunión de la Conferencia General de UNESCO, que cada dos años presenta su plan de actividades para el siguiente periodo, ante los representantes de sus 195 Estados miembros.
Acompañado por el Gran Canciller, Jean-Pierre Mazery, y por el Gran Hospitalario, Albrecht Baron von Boeselager, el Gran Maestre fue invitado por el presidente de la Conferencia General, S.E. Hao Ping, y por la presidenta del Consejo Ejecutivo, Alexandra Cummins, a dirigirse a la sesión plenaria de la Conferencia General. En su discurso de bienvenida, el presidente de la Conferencia General señaló la contribución significativa de la Soberana Orden de Malta a la construcción de la paz, a través de su red global de asistencia humanitaria y sanitaria. El presidente resaltó además la protección y la promoción del patrimonio cultural por parte de la Orden desde antiguo, que es de especial importancia para la UNESCO.
El Gran Maestre, en la introducción de su discurso, expresó su admiración personal y la de la Orden por la labor insustituible que llevan a cabo la UNESCO, las Naciones Unidas y sus agencias en todo el mundo. El Gran Maestre recordó también colaboraciones recientes, especialmente la Conferencia Internacional de 2001 en París “Diplomacia humanitaria y gestión de crisis internacionales”, el Seminario de 2012 en Bruselas “La protección de los lugares sagrados del Mediterráneo” y el Foro de Chipre de 2012 “La protección y conservación del patrimonio cultural en el Mediterráneo”; expresó además su deseo de continuar y desarrollar dicha cooperación.
Anteriormente a su discurso, el Gran Maestre fue recibido por la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, con quien pudo estudiar el desarrollo de esta colaboración ya existente, en especial en la protección de lugares sagrados y las intervenciones después de desastres.
Ese mismo día, S.A.E. el Gran Maestre inauguró en las instalaciones de la UNESCO una exposición que conmemora los 900 años de historia de la misión de la Orden, Tuitio fidei et obsequium pauperum, inauguración seguida por una recepción para los delegados y otros invitados distinguidos.
