En respuesta al mensaje del Papa Francisco para la celebración de la 53ª Jornada Mundial de la Paz el 1 de enero de 2020, el Gran Maestre Frey Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto ha escrito al Santo Padre la siguiente misiva:
«Agradezco a Su Santidad, también en nombre de los responsables y los miembros de la Orden de Malta, que haya querido un año más dirigir al mundo, con ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, un mensaje profundo y que despierta las conciencias distraídas o abotargadas. Frente a los graves conflictos y desequilibrios que, cada vez más, afectan a la humanidad, el mensaje de paz de Su Santidad se hace cada año más necesario, y resulta hoy incluso indispensable, urgente y dramático.
Hemos seguido con la mente y con el corazón el reciente viaje apostólico de Su Santidad a Japón y a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, primeras víctimas de la bomba atómica en 1945, y la cercanía fraternal que ha manifestado a los hibakusha, los supervivientes del desastre nuclear. Hemos leído y meditado sobre el mensaje valiente y severo con el que Su Santidad ha condenado la «perversa dicotomía de querer defender y garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza, que termina por envenenar las relaciones entre pueblos e impedir todo posible diálogo».
La situación actual nos permite comprobar con nuestros propios ojos que ningún «equilibrio del terror», ninguna búsqueda de estabilidad a través del «miedo a la mutua destrucción» podrá nunca preservar la paz en un mundo donde las desigualdades se agravan, el sistema de acuerdos para la limitación de armamento se desintegra, la búsqueda de nuevos métodos de destrucción no convencionales sigue progresando y donde el cambio climático llevará a consecuencias históricas que provocarán nuevos flujos migratorios masivos hacia las regiones del mundo más ricas, donde no hay desertificación ni escasez de agua.
Su Santidad vincula estrechamente la cuestión de la seguridad con la protección de la naturaleza y los ecosistemas, y le agradecemos que haya querido insistir en un concepto en el que creemos fírmemente, pero que es difícil hacer entrar en las conciencias.
La familia de las Naciones, aunque esta expresión suene hoy anacrónica y superada, podría encontrar la manera de hacer frente a las grandes pruebas que le esperan en los próximos años, simplemente siguiendo la vía que Su Santidad indica con meridiana claridad. Un recorrido basado en la memoria, imprescindible, que en estos años ha tendido a perder su dimensión colectiva; basado en la solidaridad, que constituye una profunda razón de ser en la Orden de Malta; basado en la fraternidad, la pauta que rige los mensajes cotidianos que Su Santidad envía al mundo.
Entre los miembros de la Orden de Malta existe una tensión y un esfuerzo continuo, como ya he tenido ocasión de subrayar en anteriores ocasiones, por actuar como «artesanos de la paz» y por participar activamente en la «vida asociada», en las actividades asistenciales y caritativas que buscan aliviar las consecuencias de los males que afligen a nuestra sociedad y que Su Santidad ha identificado con tanta claridad y precisión. Todos nosotros aspiramos a alinear el espíritu que guía nuestras acciones con los valiosos llamamientos que Su Santidad dirige al mundo con ocasión de la 53ª Jornada Mundial de la Paz.
Frey Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto