Más de 400.000 personas asistieron a la misa de inauguración del pontificado de Benedicto XVI, el domingo 24 de abril en la Plaza de San Pedro de Roma.
Estuvieron presentes 36 jefes de estado y 140 delegaciones oficiales de todo el mundo. Entre ellas, la delegación de la Orden de Malta, encabezada por el Gran Maestre, Frey Andrew Bertie.
Después de recibir el Palio y el Anillo del Pescador (símbolos de “la voluntad de Dios que nosotros acogemos”), el Papa pronunció su homilía. Interrumpido hasta 38 veces por los aplausos de la multitud, Benedicto XVI afirmó que “¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”.
El Papa saludó igualmente a los “fieles laicos, inmersos en el gran campo de la construcción del Reino de Dios”, “a todos los que, renacidos en el sacramento del Bautismo, aún no están en plena comunión con nosotros”, a los “hermanos del pueblo hebreo, al que estamos estrechamente unidos por un gran patrimonio espiritual común” y a “todos los hombres de nuestro tiempo, creyentes y no creyentes”.
Al finalizar la misa, tras haber bendecido a los fieles venidos de todo el mundo reunidos en San Pedro, el Papa entró en la Basílica Vaticana para encontrarse con las delegaciones oficiales. Al saludar al Gran Maestre de la Orden, Benedicto XVI dijo “Dios bendiga la Orden de Malta”.