La Asociación libanesa intensifica sus actividades médicas y sociales en la frontera con Siria
Situado a sólo 40 kilómetros de la frontera con Siria, el centro médico de Khaldieh se encuentra a la misma latitud que la ciudad siria de Homs, epicentro de los primeros enfrentamientos que encendieron Siria en marzo de 2012. Justamente en Khaldieh, de hecho, acudieron millares de refugiados sirios que huyeron durante las primeras fases del conflicto. Para hacer frente a la emergencia, la Asociación libanesa de la Soberana Orden de Malta, que apoya el centro de salud a través de la congregación de las Hermanas Antoninas, ha intensificado su actividad asistencial, que va desde la cardiología hasta la endocrinología, pasando por la pediatría y la ginecología, lanzando una campaña de vacunación y concienciación sobre higiene entre los refugiados.
Pero no sólo esto: el equipo médico, dirigido por Sor Céline Nohra, ofrece también asistencia psicosocial, porque a menudo los traumas de un refugiado están ocultos, particularmente cuando se trata de niños. Cuando los refugiados no buscan ayuda, son los médicos y asistentes del centro quienes van a su encuentro en los distintos campamentos precarios diseminados en los olivares de la vecina provincia de Trípoli. Allí, muchos han ocupado algunos metros cuadrados, buscando refugio contra el calor estival y contra la lluvia, que en pocas semanas transformará esta tierra arcillosa en barro.
Cada día, cerca de 100 pacientes se acercan al centro de Khaldieh para recibir asistencia médica. Pero algunos días este número aumenta drásticamente: la cifra de pacientes está vinculada a la presencia de determinados especialistas. Cuando el centro ofrece servicios ginecológicos, el número de mujeres musulmanes – por tanto también sirias refugiadas – aumenta vertiginosamente. Muchas de ellas tuvieron que huir con numerosos hijos, o embarazadas, y necesitan cuidados especiales. El centro de salud pone a su disposición mujeres médico, atendiendo así a las exigencias de la cultura musulmana.
En el país hay cerca de 800.000 refugiados sirios registrados oficialmente, pero se estima que en total, la cifra superaría el millón y medio. Aquellos acampados en los alrededores del centro de salud de Khaldieh acuden todas las semanas a recibir ayuda alimentaria, productos sanitarios, mantas y colchones. Se distribuyen pasta, arroz, aceite, azúcar, agua para disolver la leche en polvo infantil, detergente, cepillos de dientes, esponjas y pañales. En un solo día, alrededor de 40 familias de una media de cinco miembros esperan su turno para recibir la ayuda humanitaria.
La eficacia, junto con la humanidad del personal y el nivel del servicio ofrecido, ha hecho que el centro de Khaldieh haya sido certificado por el gobierno de Beirut en el primer puesto de una lista de más de 40 centros de salud evaluados en todo el país.
En el país del cedro, la Asociación de la Orden de Malta gestiona otros nueve centros médicos y sociales, muchos de ellos en zonas aisladas, rara vez dotadas de servicios asistenciales y pobladas por ancianos. Una presencia capilar que se extiende de norte a sur y que atiende a todas las confesiones, como queda demostrado con la estrecha colaboración entre la Orden y la fundación chiita Al-Sadr, en Sidón, desde hace años referencia de cristianos y musulmanes. Es justamente la capacidad de dialogar con distintas religiones y de asistir al prójimo sin distinción de fe u origen lo que ha “permitido a la Orden de Malta ser apreciada por toda la comunidad”, como explicó recientemente el Nuncio Apostólico de Líbano, monseñor Gabriele Caccia. “Dando testimonio de los valores cristianos”, añadió el Nuncio, “la Orden de Malta es un ejemplo de eficacia para todo Oriente Medio”.
Radio Vaticana entrevista a Marianna Balfour durante su visita a Líbano (en Inglés):
http://media01.radiovaticana.va/audiomp3/00391520.MP3