Para la población de sin techo en Hungría, el periodo navideño se centra en la supervivencia. Las temperaturas en Budapest oscilan entre los -1 y los 3 grados, pero pueden llegar a caer a -20 cuando llega el frio siberiano. Fuera de la capital la situación es aún más dramática.
Los voluntarios de la Orden de Malta que trabajan para su servicio de beneficencia húngaro empezaron a prestar su ayuda a los sin techo en noviembre. En un día normal durante el invierno, los equipos de la Orden de Malta atienden a 1.500 sin techo. En los refugios de emergencia hay 200 camas disponibles para los necesitados, 90 más que el año pasado. Por otra parte, la Orden de Malta ha llegado a acuerdos con otras instituciones, que albergan a quienes están en riesgo de hipotermia. Las “habitaciones calientes” organizadas por la Orden son un refugio clave para los sin techo, y este año por primera vez están abiertas durante toda la semana.
Más allá de cubrir las necesidades básicas de los sin techo, incluidos la ropa de abrigo, los alimentos y los fármacos, las instituciones de la Orden ofrecen también una atención individual. Un centro de operaciones gestiona 24 horas al día un servicio de “coche de crisis”, que responde a llamadas de emergencia de personas que no tienen a nadie a quién recurrir.