La Soberana Orden de Malta se une a la comunidad internacional el 30 de julio, Día Mundial contra la Trata de Personas, condenando cualquier forma de trata de seres humanos y de esclavitud moderna. «La trata de personas es un problema mundial; ningún país es inmune a ella. Por lo tanto, requiere una respuesta global. La Orden de Malta está comprometida a concienciar sobre esta terrible lacra y a proteger a las víctimas de la trata de seres humanos», ha declarado Albrecht Boeselager, Gran Canciller de la Soberana Orden de Malta.
Desde 2017, la Orden de Malta trabaja activamente por promover una mayor comprensión de este terrible fenómeno, con el nombramiento de dos embajadores encargados de combatir la trata de personas: con sede en Ginebra, Michel Veuthey (embajador para la supervisión y la lucha contra la trata) y con sede en África, Romain Champierre de Villeneuve (embajador especial para África). Juntos refuerzan el compromiso de la Orden de Malta en la prevención de la trata de seres humanos y la protección de las víctimas, con proyectos tanto a nivel local como diplomático.
En cada sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, así como en Viena y Nueva York, la Orden de Malta interviene sobre diversas formas de trata de seres humanos o esclavitud contemporánea: trabajos forzados, matrimonios y maternidad forzados, venta de niños, pornografía, extracción forzada de órganos. La Orden de Malta también está intensificando su colaboración con universidades de Francia, Italia, Suiza y Estados Unidos. En septiembre del año pasado, durante el Foro Interreligioso del G20 en Bolonia, la Orden de Malta contribuyó a los numerosos debates y paneles con intervenciones sobre el fortalecimiento del diálogo y la cooperación en la lucha contra la trata de personas, subrayando el importante papel de los líderes religiosos y las congregaciones religiosas en la protección y la asistencia a las víctimas de la trata de personas.
En los últimos años, la Orden de Malta también ha organizado una serie de seminarios web precisamente para llamar la atención sobre los complejos mecanismos de la trata de personas, el trabajo forzado y la explotación sexual.
En 2019, la Orden de Malta organizó una conferencia en París que reunió a decenas de expertos, entre ellos diplomáticos, académicos, responsables políticos, representantes de instituciones europeas y nigerianas, organizaciones católicas y asesores psicosociales, con el fin de reforzar las sinergias y la colaboración entre los diferentes actores sobre el terreno y en la comunidad internacional.
Frente a los flujos masivos de personas que huyen de la guerra y la pobreza, la Orden de Malta llama la atención sobre el riesgo de que los refugiados sean víctimas de los traficantes de seres humanos. Su embajada en Polonia ha emitido con este objetivo una alerta con normas de seguridad para los refugiados que transitan a lo largo de las principales rutas en ucraniano, inglés y polaco. Malteser International coordina los esfuerzos globales de la Soberana Orden de Malta, cuyas asociaciones y cuerpos de ayuda y de voluntarios atienden sobre el terreno a los refugiados.
«Las medidas actuales para perseguir a los traficantes y para proteger y acoger a las víctimas son obviamente insuficientes e ineficaces. Existen instrumentos y mecanismos jurídicos a nivel nacional, regional y mundial, pero no están a la altura de la creciente lacra de la trata moderna», explica el embajador Veuthey. «Son mecanismos legales que sólo persiguen a un puñado de delincuentes y ofrecen un número insuficiente de refugios y servicios a las víctimas. De hecho, el número de condenas penales relacionadas con la trata de personas es extremadamente bajo: 1 de cada 2.154 casos de esclavitud se traduce en una condena; es decir, un 0,047%», añade Michel Veuthey.
En cuanto a las causas profundas, la Orden de Malta comparte la opinión de que se debe penalizar la demanda, teniendo en cuenta las diferentes formas de abuso, trabajo forzado o explotación sexual. La lucha contra la trata de seres humanos, especialmente la lucha contra la demanda, debe llevarse a cabo mediante un enfoque multidisciplinar, multidimensional y coordinado entre los diferentes actores.
Por último, la Orden de Malta aboga por la protección física y psicológica de las víctimas de la trata de seres humanos, además de la protección jurídica, acompañada de todos los servicios médicos y sociales que puedan necesitar.