Ya se ha convertido en una cita fija: todos los jueves, a las 8 de la tarde, en la Plaza Libertad de Buenos Aires. En cambio, el menú cambia todas las semanas, gracias a la inspiración y la creatividad culinaria de los voluntarios de la Asociación argentina de la Orden de Malta. Sopa caliente, bocadillos, carnes y platos fríos. Y además, amistad, afecto, atención. He aquí los ingredientes del comedor social móvil organizado por la Asociación argentina, que desde las cocinas de los voluntarios lleva comida y bebida a la famosa plaza de Buenos Aires.

Todas las semanas son cerca de 200 las personas, entre ellas muchos niños y ancianos, las que llegan a la Plaza Libertad para recibir una comida caliente. Son cifras, explican los organizadores de la iniciativa, destinadas a aumentar, dada la grave situación socioeconómica que vive el país sudamericano.

Además de la distribución de alimentos, los voluntarios de la Orden intentan crear un espacio de escucha y trasladar un mensaje de esperanza, de fe y de amistad. Una iniciativa que pone en movimiento el motor de la solidaridad, explican los organizadores: “Se trata de una señal de gran esperanza, para poner en marcha otras iniciativas”.