Varios miembros de la comunidad Dalit viven en una zona semiárida adyacente al gran desierto indio en el oeste de Rajastán. La sequía siempre ha estado presente allí, y el cambio climático amenaza con empeorarla; además de ésta, los dalit tienen otra lucha: contra la discriminación y su posición en la rígida sociedad de castas india, la última.

Los dalit, un apelativo que se ha equiparado al de “intocables”, tienen prohibido el acceso a equipamientos públicos como fuentes o pozos. Arno Coerver, de Malteser-International-es, la agencia internacional de ayuda de la Orden de Malta, explica: “Se ven obligados a caminar durante horas para llegar a una fuente de agua potable, y tienen miedo de llegar allí porque saben que serán humillados y segregados”.

Esta falta de recursos naturales, sumada a la discriminación y la prohibición de acceso a los servicios públicos, crea un círculo vicioso de pobreza y marginación. Tanto más para las mujeres dalit, responsables de traer agua a sus familias. El enorme esfuerzo y el tiempo que emplean en esta actividad podrían dedicarse a generar ingresos: tener agua en casa daría a las mujeres la posibilidad de acceder al mercado laboral y de ser autosuficientes.

Para intentar romper este círculo vicioso, Malteser-International-es y Unnati, una organización local asociada, han decidido tratar las raíces del problema en tres frentes. En primer lugar, aportan un apoyo técnico a las comunidades para construir sus propios tanques de recogida de aguas pluviales, para garantizar la disponibilidad de agua localmente. Después, asesoran a las mujeres sobre cómo utilizar esa agua para crear huertos, que pueden ser utilizados para mejorar la alimentación de la familia o para generar ingresos con la venta de los excedentes en el mercado local. Para terminar, ofrecen a las mujeres una formación que les aporta el conocimiento y las herramientas que necesitan para acceder a servicios sociales indispensables.

De esta manera, Malteser-International-es pretende ayudar y acabar con la discriminación contra los dalit, pero también ofrecerles soluciones prácticas y sostenibles que mejoren sus vidas y su entorno, que les ayuden a afrontar las frecuentes sequías, que protejan su dignidad.

Fotografías © Carmen Wolf