Se prosiguen, sin pausa, las intervenciones de auxilio y las tragedias en el Estrecho de Sicilia. Los voluntarios del cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta han prestado los primeros auxilios a 250 inmigrantes rescatados en dos operaciones, a bordo del buque Fiorillo de la Guardia Costera, la semana pasada. Desgraciadamente, los médicos de la Orden no han conseguido salvar la vida a tres mujeres y un hombre, inmigrantes de distintas nacionalidades y que aún no han sido identificados. El hombre ha fallecido ahogado poco antes de iniciarse las operaciones de rescate. Las tres mujeres han fallecido por inhalación de gases.
La última de un largo número de tragedias ha tenido lugar aproximadamente a un kilómetro de Zuara, puerto de Libia occidental de donde parten numerosas embarcaciones cargadas de inmigrantes en dirección a Italia. Según el diario The Guardian, la Guardia Costera libia ha recuperado 200 cuerpos de las aguas. Son más de 2.000, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones, los inmigrantes fallecidos en el Mediterráneo durante los primeros siete meses de 2015, intentando alcanzar las costas europeas.
Desde 2008 los equipos sanitarios del cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta acuden en auxilio de los inmigrantes, a bordo de las lanchas y los buques de los guardacostas italianos, de la Guardia de Finanzas, y desde 2014, a bordo de los buques de la Marina Militar italiana. Desde el 1 de enero al 31 de julio de este año han pasado 81.408 horas en el mar, con la pasión de quien sabe que venir en ayuda del prójimo necesitado es un deber. 124 hombres y mujeres se han relevado en la tarea, enfrentándose a condiciones meteorológicas de todo tipo 24 horas al día, milla a milla, para asistir a quién se ha enfrentado a un viaje mucho más difícil: 29.889 inmigrantes, rescatados y atendidos en los medios del Estado italiano.
El director nacional del cuerpo italiano de ayuda de la Orden de Malta (CISOM), Mauro Casinghini, en varias ocasiones ha apelado a que la “Fortaleza europea” se transforme en una Europa de la integración, fuente de riqueza humana. – “La presencia de buques con banderas de países europeos deja esperar un cambio de posición respecto al problema de los flujos migratorios procedentes de África. Pero es necesario hacer más, reflexionar eficazmente sobre la cuestión de la integración real y sobre las intervenciones que podrían hacer posible que dichos flujos se contuviesen. Siguen sumándose demasiados muertos al fondo del Mediterráneo, que es ya la mayor fosa común de nuestro planeta”.