El servicio de ayuda de la Orden de Malta MMSZ cuenta con centros de ocio para niños en toda Hungría
Marta da la bienvenida a una nueva familia al centro de ocio para niños Lajos Utca, en un suburbio deprimido de Budapest. Les anima a unirse a los juegos que ya están en marcha, y a echar un vistazo a la zona de juegos para niños pequeños. Un día más, una familia necesitada más: la demanda no deja de aumentar. Marta está a cargo de este centro de ocio, dirige dos más, y es responsable de 33 centros en toda Hungría, todos organizados por el servicio de ayuda de la Orden de Malta (MMSz). “Nos centramos en niños pequeños, y en el grupo de 10 a 15 años. Ofrecemos juegos, deportes, una biblioteca, talleres de manualidades y artesanía. Todos los meses publicamos un boletín y anunciamos los eventos comunitarios. Estamos abiertos todo el día, toda la semana, todas las semanas”, explica.
Es un trabajo sin fin que asumió hace más de 14 años, y que apasiona a Marta. Abre la puerta de una casita situada en una esquina del patio, que usan en invierno cuando hace demasiado frio para jugar fuera. Las dos salas están limpísimas, y sus paredes cubiertas con unos alegres murales pintados por los trabajadores voluntarios. Hay una biblioteca bien ordenada, cajas con juegos bien colocados, material de dibujo colocado en estanterías bajas. También hay pelotas y balones, bates, volantes de bádminton, redes, tableros de ajedrez.
Los niños que acuden al centro, a menudo a diario, proceden de barrios pobres, donde abunda el paro, el alcoholismo, la violencia o la depresión. Estos centros son una oportunidad para ellos de liberarse de las dificultades familiares, y a menudo los trabajadores pueden interactuar con las familias y ayudar a resolver problemas.
Una nueva iniciativa
Dado que el Estado no ofrece centros de ocio, el MMSz desarrolló estos proyectos en toda Hungría. Ofrecen apoyo y actividades de ocio a los niños, les ayuda a integrarse socialmente y les mantiene alejados de las calles. Recientemente se han añadido al programa centros de ocio móviles, que se desplazan regularmente a pueblos aislados. Están cargados de juegos, sobre todo juegos de equipo, material deportivo, castillos hinchables, y ofrecen una interacción social y actividades a niños que, de otra manera, no tendrían momentos de diversión ni un lugar donde reunirse y jugar. Estos centros están dirigidos por un pequeño equipo de trabajadores sociales y animadores.