A un mes exacto del comienzo de la 55º peregrinación internacional de la Orden de Malta a Lourdes, que tendrá lugar del 3 al 7 de mayo, los preparativos de organización y programación están en su apogeo. De Bolivia a Singapur, de Líbano a Australia, miles de miembros y voluntarios de la Orden de Malta harán de nuevo este año el camino hasta el Santuario Mariano, a los pies de los Pirineos, un emocionante viaje espiritual con los enfermos.
A dos meses del cierre de las inscripciones, son 1.500 los italianos que ya se han apuntado. De ellos, 400 enfermos. 1.200 inscritos franceses con 150 enfermos, y desde Estados Unidos serán cerca de mil los peregrinos que acudan, de los cuales 150 enfermos. Cifras que están en línea con las de años anteriores, a pesar de la crisis económica que en los dos últimos años ha hecho reducirse el número de peregrinos registrados en Lourdes.
Desde las etiquetas para el equipaje hasta la organización de los regímenes de los enfermos; desde su alojamiento en dos Accueils hasta la gestión de todos los aspectos de los numerosos eventos: la Oficina para la coordinación de las peregrinaciones de la Orden de Malta en el Gran Magisterio, de la que dependen las oficinas de los Grandes Prioratos y de las Asociaciones nacionales, se hace cargo de todos los detalles que permitirán a los camilleros, las religiosas, los enfermos y sus acompañantes, poder experimentar la intensa experiencia espiritual con total serenidad.
“Aún estamos recibiendo inscripciones para este año, pero seguramente superaremos las seis mil”, explica Serena Zapponi, secretaria general de peregrinaciones de la Orden, asomándose por encima de las montañas de documentos que la rodean. Ésta será su 27ª peregrinación a Lourdes.
“Incluso antes de 1958, algunas Asociaciones nacionales, sobre todo las Asociaciones inglesa y francesa de la Orden de Malta, organizaban peregrinaciones a Lourdes. En 1958, con ocasión del centenario de las apariciones, se organizó la primera peregrinación internacional de la Orden. Desde aquel entonces muchas cosas han cambiado. De las pocas decenas de peregrinos que llegaban a Lourdes en tren, hemos pasado a más de seis mil, que llegan de todo el mundo”. De hecho, son 39 las nacionalidades que estarán presentes este año.
Pero no sólo hay cambios en las cifras de asistencia, también en la atmósfera que se respira durante esos días, prosigue Serena Zapponi: “Antes, los acompañantes ofrecían su ayuda sobre todo para el transporte de los enfermos; hoy la principal característica de la peregrinación es, justamente, el vínculo especial que se instaura entre acompañante y enfermo. Un vínculo de confianza y de amistad que permanece durante todo el periodo de la peregrinación y a menudo más allá. Para nosotros es una peregrinación que se prosigue en el día a día”.