La 64ª peregrinación internacional de la Orden de Malta al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, al pie de los Pirineos franceses, ha comenzado oficialmente con la llegada hoy a Lourdes del Lugarteniente del Gran Maestre, Frey Marco Luzzago.
Esta tradicional cita de los miembros y voluntarios de la Orden de Malta para acompañar a los enfermos a la Gruta de Massabielle no ha podido tener lugar durante dos años consecutivos, 2020 y 2021, debido a la pandemia de covid-19. En unión espiritual con Nuestra Señora de Lourdes, durante estos dos años se han organizado peregrinaciones virtuales o en otros lugares de oración como la Gruta de Lourdes en los Jardines del Vaticano.
Este año, el número de participantes, aunque menor que antes de la pandemia, es considerable: casi 3.000 personas entre enfermos, miembros y voluntarios, una clara señal de fe y esperanza. A Lourdes acuden peregrinos de más de 30 países, de todos los rincones del mundo, desde Estados Unidos a Australia, desde Brasil a Escandinavia. En la última edición antes de la pandemia, en 2019, hubo más de 7.400 participantes, de los cuales 1.300 eran enfermos asistidos.
La misa pontifical del domingo será celebrada por el cardenal Silvano Maria Tomasi, delegado especial del Papa para la Orden de Malta. En la peregrinación mariana participan, además del Lugarteniente del Gran Maestre, miembros del Soberano Consejo y el prelado, Monseñor Jean Laffitte.
Durante la peregrinación, que durará hasta el 3 de mayo, se recordará a las numerosas víctimas de la pandemia, entre ellas los peregrinos: asistentes, sacerdotes, miembros y voluntarios. Algunas de las actividades tradicionales se llevarán a cabo de forma diferente con respecto a antes de la pandemia: por ejemplo, ya no habrá baños en las piscinas, sino que el acto espiritual consistirá en beber agua de Lourdes y lavarse la cara, en el simbólico emplazamiento de las piscinas.
El tema de la peregrinación de este año y de los dos siguientes está tomado de las palabras dirigidas por la Virgen a Santa Bernardita en su decimotercera aparición, el 2 de marzo de 1858: «Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y que se venga en procesión».