La Soberana Orden de Malta celebra 25 años de presencia en la sede de Naciones Unidas en Nueva York: desde 1994, la Orden tiene estatuto de observador permanente ante la ONU, posición que facilita sus actividades diplomáticas, tanto bilaterales como multilaterales.

Para conmemorar la fecha, a principios de junio se ha abierto una exposición fotográfica en la entrada de delegados en la sede de la ONU, que además de recordar la casi milenaria misión hospitalaria creada por el Beato Gerardo describe las diversas actividades que las numerosas entidades de la Orden desarrollan en 120 países de todos los continentes, gracias a la labor de 13.500 miembros, 80.000 voluntarios y 42.000 profesionales. El nuncio apostólico ante la ONU, el arzobispo Bernardito Auza, bendijo la exposición el pasado 7 de junio.

La Soberana Orden de Malta tiene estatuto de observador permanente ante las Naciones Unidas en Nueva York, Ginebra, París, Viena, Roma, Nairobi, Bangkok y sus agencias especializadas, y mantiene relaciones diplomáticas con 108 países. Las Naciones Unidas, donde todos los países están representados, «ofrecen un escenario único, donde la Orden puede exponer su labor y aportar su gran experiencia a la toma de decisiones mundiales sobre temáticas importantes, desde el desarrollo a los derechos humanos, de la asistencia humanitaria al derecho internacional», según las palabras de Oscar R. de Rojas, embajador de la Soberana Orden ante la ONU. «El objetivo fundamental de la misión de la Orden es reforzar su presencia y su participación en los debates sobre las crisis mundiales y en las iniciativas de cooperación a nivel internacional, nacional y regional, promoviendo espacios de colaboración efectiva en sectores como la ayuda humanitaria y la ayuda de emergencia».

Una de las cuestiones más importantes que centran la atención de Naciones Unidas es la de los refugiados y migrantes. Las misiones permanentes de la Orden en Nueva York y en Ginebra han seguido de cerca los trabajos preparatorios para la adopción del Pacto Mundial para la migración y los refugiados, el llamado Global Compact, que «es la piedra angular» de la cooperación internacional sobre estos temas. La asistencia a migrantes, refugiados, víctimas y supervivientes, la promoción de la igualdad, la lucha contra la discriminación y por el respeto de los derechos humanos: éstas son las claves para alcanzar soluciones duraderas de paz y para promover el desarrollo sostenible.